EE.UU. pactó con la OTAN en el 2001 las cárceles de la CIA en Europa

Elisabeth Zingg ESTRASBURGO

INTERNACIONAL

Según un informe del Consejo de Europa que cita centros en el Reino Unido, Polonia y Rumanía El texto revela que Alemania, Macedonia e Italia han obstaculizado investigaciones

08 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Estados Unidos y la OTAN alcanzaron un acuerdo secreto en el 2001 para permitir a la CIA encarcelar a sospechosos de terrorismo en Europa, según reveló ayer el relator especial del Consejo de Europa, el senador suizo Dick Marty, miembro de la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa y autor de los informes sobre los vuelos y los centros de detención secretos de la CIA. Marty considera que la actitud de EE.UU. es «insultante» para Europa, pero es aún peor la implicación de gobernantes europeos en esas actividades, asegura. El relator presentó ayer ante la Comisión de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos un informe sobre los centros de detención de los servicios secretos estadounidenses en Europa, un año después de otro sobre los vuelos de la CIA para trasladar a presuntos terroristas a los que había secuestrado. El presentado ayer señala la existencia en Polonia y Rumanía de centros de detención secretos, sugiere la existencia de otros en territorio británico (isla de San Diego) y Tailandia, acusa a la OTAN de haber dado permisos secretos que permitieron varias operaciones ilegales, y apunta que Alemania, Italia y Macedonia han obstaculizado investigaciones parlamentarias y judiciales. Reacciones La OTAN, Polonia, Rumanía y el Reino Unido reaccionaron ayer a las acusaciones. «Nunca ha habido un acuerdo secreto como el descrito por Marty», señaló la portavoz adjunta de la OTAN, Carmen Romero, quien añadió que la Alianza no tiene «nada que ver» con los vuelos de la CIA, que estaban sujetos al control aéreo de las naciones concernidas. «Los vuelos fueron acordados de forma individual por los países y EE.UU.», añadió. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores polaco, Robert Szaniawski, aseguró que nunca hubo cárceles secretas de la CIA en su país. En Rumanía, la senadora Norica Nicolai, presidenta de una comisión parlamentaria sobre el asunto, señaló que se trata de «calumnias sin pruebas», presentadas «con mala fe». La Comisión Europea analizará «muy seriamente» las «graves acusaciones» del informe, dijo el portavoz Friso Roscam. E insta a los países implicados «a llevar a cabo de forma urgente investigaciones imparciales». «No somos una autoridad judicial, no podemos acusar ni juzgar. Nuestro objetivo era saber la verdad, crear un debate en cada país, en los Parlamentos, porque ha habido una grave erosión de los derechos fundamentales», aseguró Dick Marty. El autor del texto se mostró convencido de que EE.UU. ha explotado el miedo al terrorismo tras los atentados del 11-S para restringir derechos y libertades, y aseguró que lo más grave del caso es que Washington «ha exportado» presuntos terroristas a centros secretos en Europa porque en su país lo impiden las leyes. Marty no precisó el número de detenidos ilegalmente, aunque habló de centenares. El ponente suizo relata que se escogió a Polonia y a Rumanía por ser económicamente vulnerables y que entre quienes conocían las operaciones en el primero de esos países están el presidente Kwasniewski y el ex ministro de Defensa Jerzy Szmajdzinski. En Rumanía estaban al tanto el ex presidente Ion Iliescu, el jefe del Estado, Traian Basescu, y el ex ministro de Defensa Ioan Mircea Pascu. Criticó que varios países hayan invocado el secreto de Estado para no informar. Y destacó la actitud ética de Bosnia-Herzegovina, que reconoció haber entregado ilegalmente seis presos a EE.UU. y, sobre todo, Canadá. Uno de sus nacionales de origen sirio, Maher Arar, fue deportado en el 2002 por EE.UU. a Siria, donde fue encarcelado y torturado durante un año. El Gobierno canadiense lo indemnizó.