Sus relaciones con los Bush le han hecho uno de los hombres más influyentes, con el poder de incrementar la producción de crudo saudí o recibir millones de Londres por cerrar un negocio
09 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.El príncipe Bandar Bin Sultán pasa por ser uno de los miembros de la familia real de Arabia Saudí más influyente fuera de su país. Esta semana saltó a la prensa por la acusación de recibir 150 millones de euros en sobornos por cerrar el mayor negocio de venta de armas del Reino Unido. Sus estrechas relaciones con la familia Bush y el vicepresidente Dick Cheney, tras más de veinte años como embajador saudí en Estados Unidos han hecho de él el principal vínculo entre Riad y Washington, o lo que es lo mismo, uno de los hombres más poderosos del mundo árabe. Su relación con los Bush es tan próxima que al presidente en Riad le llaman Bandar Bush. Tal es su poder de influencia en Washington que el periodista Bob Woodward señala, en su libro Plan de ataque sobre los preparativos de la invasión de Irak, que George W. Bush le mostró los planes de guerra incluso antes que a su secretario de Estado, Colin Powell. Bandar Bin Sultán alcanzó el puesto de embajador en Estados Unidos en 1983, cuando Ronald Reagan era presidente, y desde entonces ha estado siempre muy cerca de la Casa Blanca y de los órganos de poder. Es una persona de extraordinario ímpetu y energía con un estilo de vida que se podría definir como colorista, pero con un delicado estado de salud. Nació en Taif en 1949, hijo del príncipe Sultán Bin Abdul Aziz, el entonces viceprimer ministro de Arabia Saudí, y de una de sus concubinas, una esclava africana. Se graduó en la academia militar de la Royal Air Force de Cranwell (Inglaterra) y se entrenó en la base aérea estadounidense de Maxwell. En 1968 alcanzó el rango de comisionado en la Fuerza Aérea Real saudí. Sus 17 años como militar lo han convertido en un experto en el pilotaje de numerosos aviones militares. Se casó en 1983 con la hija del rey Faisal, la princesa Haifa Bin Faisal, con la que ha tenido cuatro hijos y cuatro hijas. Escándalos Bandar ha sido centro de numerosos escándalos, uno de los más nombrados fue cuando se le acusó de haber llegado a un acuerdo con Bush para que Arabia Saudí aumentara la producción diaria de barriles de crudo en varios millones, en un intento por hacer caer el precio del petróleo justo unos días antes de las elecciones presidenciales que dieron el triunfo al republicano. El príncipe no negó que hubiera hablado con Bush sobre el precio del crudo, pero agregó que tuvo «el mismo tipo de conversación con Bill Clinton en el 2000 y con Jimy Carter en 1979. Tras su dimisión en el 2005 como embajador en EE.?UU., el príncipe fue nombrado por el rey Abdalá jefe del recién creado Consejo de Seguridad Nacional saudí, cuya principal misión es la de identificar a los militantes islamistas. Para Richard Fairbanks, negociador norteamericano en el proceso de paz de Oriente Medio, es «una persona inteligente, con gran encanto y un diplomático muy eficaz». Bandar ha estado detrás de numerosos intentos por resolver este conflicto, amañando citas con enemigos acérrimos. En el 2003 indicó a la revista New Yorker que su mayor frustración hasta el momento es el no haber logrado el fin del conflicto árabe-israelí. Pero también ha estado en el centro de las negociaciones multimillonarias de contratos militares saudíes. En 1978 logró la compra de F-15 norteamericanos -la primera vez que EE.?UU. vendía armas a un país árabe-. Y en 1983 facilitó el llamado Acuerdo al Yamamah para la compra de aviones a la británica BAE Systems, caso por el que está siendo investigado ahora en el Reino Unido.