Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, quiere el puesto de primera mujer presidenta

Efe

INTERNACIONAL

"Lilita", como se la conoce popularmente, ompite por segunda vez en los comicios presidenciales.

26 oct 2007 . Actualizado a las 23:07 h.

Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, compite por segunda vez en los comicios presidenciales de Argentina y, pese a no ser la favorita en las encuestas, no pierde la fe de convertirse en la primera mujer en ser elegida por el voto popular para ser presidenta de su país.

"Lilita", como se la conoce popularmente, tiene 50 años y nació en la ciudad de Resistencia, capital del Chaco, una provincia empobrecida del norte del país, en una familia militante de la Unión Cívica Radical (UCR), el partido más antiguo del país y actualmente la segunda fuerza parlamentaria.

Carrió se graduó como abogada en 1978 y desarrolló su carrera profesional en el Poder Judicial del Chaco, mientras que en el ámbito académico tuvo a su cargo distintas cátedras sobre su especialidad, el Derecho Constitucional, en la misma casa de estudios en la que se formó, la estatal Universidad del Noreste.

Su ingreso al ruedo político se debió a que su padre, Rolando Carrió, dirigente del radicalismo chaqueño, enfermó de cáncer en 1994 y el partido le pidió a "Lilita" que tomara su lugar entre los candidatos para participar en la Convención Constituyente de ese mismo año.

Pese a la amistad que ligaba a su padre con el ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1989), Elisa Carrió se enfrentó al caudillo radical al oponerse al llamado "Pacto de Olivos" sellado por él y el entonces presidente Carlos Menem (1989-1999) para permitir la reelección del segundo.

"Entré a la política en sólo para cumplir un deseo de mi padre y me encontré liderando la oposición", contó Carrió en una entrevista concedida a Efe.

Esta rebeldía le valió un ascenso de popularidad y, un año más tarde, en 1995, fue elegida diputada nacional, cargo que ejerció hasta 2003.

Desde el Parlamento, Carrió planteó una dura oposición al gobierno de Menem y fue una de las gestoras de la alianza entre la UCR y el Frente País Solidario (FrePaSo) que llevó a Fernando de la Rúa a la presidencia de Argentina en 1999.

Desencantada de esa gestión, en 2001 fundó Afirmación para una República Igualitaria (ARI), fuerza de centroizquierda al que se adhirieron ex radicales, militantes del FrePaSo y ex socialistas.

En 2003, como candidata del ARI y primera mujer en postular a la presidencia argentina, logró apenas el 14,15 por ciento de los votos.

"Yo nunca quise ser presidenta, fue la gente en 2003 la que me puso como candidata. Me hice cargo de esa responsabilidad como un embarazo no deseado e hicimos una extraordinaria elección casi sin campaña y sin recursos", recuerda Carrió.

Dos años después fue elegida diputada nacional por la ciudad de Buenos Aires, cargo que desempeñó hasta marzo pasado, cuando también resolvió retirarse del ARI, en medio de fuertes diferencias con otros correligionarios sobre el perfil que debía tener una alianza opositora de cara a los próximos comicios presidenciales.

Carrió, quien ha afirmado que valora más la conducta proba de sus aliados políticos que su ideología, creó así la Coalición Cívica, de la que forman parte radicales disidentes, ex peronistas, socialistas, demócratas cristianos y también miembros del ARI.

Tras un intento fallido de sellar una alianza con el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy, líder de la fuerza Recrear (centroderecha), Carrió acordó llevar como compañero de fórmula al senador y titular del Partido Socialista, Rubén Giustiniani.

En su segunda campaña por la presidencia, Carrió luce mucho más cuidada en su imagen física que en 2003: se la ve con un bronceado saludable y abandonó la ropa oscura y el crucifijo en su pecho por colores vivos y pendientes y cadena con dije de oro.

Se muestra también más sonriente, pero no ha abandonado su característico tono crítico y de denuncia sobre los males de la corrupción ni ha cejado en su prédica de impulsar un "contrato moral" que salve a la sociedad argentina.

"Yo soy la misma que en 2003, pero más vieja y, en consecuencia, más moderada, más serena. También tengo la madurez de los 50", afirma.

Las encuestas electorales la señalan como segunda, detrás de la primera dama y candidata del oficialismo, Cristina Fernández de Kirchner, aunque no hay unanimidad entre los sondeos sobre si Carrió lograra el suficiente caudal de votos como para medirse con aquella en una segunda vuelta.

De misa diaria, es una ferviente devota de la Virgen María.

Contrajo su primer matrimonio a los 16 años con un hombre diez años mayor, con quien tuvo un hijo, Enrique, a los 17 y del que se divorció a los 18.

De su segundo matrimonio, también roto, tiene otros dos hijos: Victoria, de 15 años, e Ignacio, de 12.