Más de 20.000 chinos se hallan sepultados bajo los escombros

Antonio Broto

INTERNACIONAL

Dos mil réplicas del seísmo volvieron a hacer salir ayer a la calle a decenas de miles de personas

14 may 2008 . Actualizado a las 13:05 h.

El Gobierno chino ya contabiliza más de 12.000 muertos y cifra en más de 20.000 las personas sepultadas por el terremoto que sacudió el suroeste del país. El seísmo, que se sintió en todas las provincias de China excepto en las más remotas del nordeste y el noroeste, destruyó 3,46 millones de viviendas y ha obligado a movilizar a 50.000 soldados. La situación es tan desesperada que Pekín invitó ayer a la comunidad internacional a que envíe ayuda, ya sea en forma de dinero, material de emergencia o equipos de rescate.

En la zona afectada se encuentra el primer ministro chino, Wen Jiabao, quien admitió que la situación es peor de lo que se preveía, y cuya imagen bajo la lluvia, pidiendo con un megáfono a los sepultados que aguantasen la llegada de los equipos de rescate se ha convertido en todo un icono de los esfuerzos de China para superar la tragedia.

«¡El equipo de salvamento va a llegar! ¡Son muy profesionales! ¡Calma!», arengaba Wen en dirección a los cascotes de un edificio reducido a escombros en Dujiangyan, una de las ciudades más cercanas al epicentro.

El país se pregunta, como señalan algunos de sus medios de comunicación, si China sigue estando mal preparada para los terremotos. En concreto, el China Daily señaló que los sismólogos ya habían advertido hace cinco años de que podía producirse tarde o temprano un seísmo en Sichuan. Las críticas motivaron las explicaciones de sismólogos, que aclararon que «la Tierra es impredecible».

El número de muertos provisional podría aumentar en los próximos días a medida que los equipos de rescate logren acceder a Wenchuan, el epicentro del seísmo. Al margen de las 12.000 personas dadas por muertas oficialmente, unas 18.000 quedaron sepultadas por los escombros solo en la ciudad de Miangyang, donde han muerto 3.000. Se calcula que unas 5.000 personas han muerto en el distrito de Beichuan, donde el 80% de los edificios se derrumbaron. Otros miles de personas han perecido o quedado enterradas al desplomarse una fábrica cercana. En Shifang, se registraron 600 muertos y 2.300 sufrían un destino incierto al quedar atrapadas en la ciudad, donde se produjo una importante fuga química. Un alto mando del Ejército habló de daños «inusualmente graves» en Yingxiu, cerca del epicentro.

La provincia de Sichuan, situada en una región de frecuente actividad sísmica, experimentó casi 2.000 réplicas en las últimas 25 horas, lo que echó una vez más a miles de personas a las calles víctimas del pánico. Este sentimiento se vio reforzado por las imágenes de televisión que muestran edificios derrumbados, carreteras partidas en dos, laderas de montañas desmoronadas y supervivientes luchando por salir de los escombros.

Los esfuerzos por alcanzar las zonas más afectadas se vio dificultado por lluvias torrenciales. Un contingente de 1.300 soldados y médicos lograron llegar a Wenchuan, pero renunciaron a dejar caer paquetes de comida y medicinas desde el aire debido al mal tiempo.