En el juicio que se sigue en Milán por el secuestro del imán Abu Omar, el juez encargado del caso ha decidido convocar como testigo al actual primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y a su predecesor, Romano Prodi, así como a varios altos cargos de ambos Gobiernos. Los siete funcionarios de los servicios secretos italianos, entre ellos su ex jefe Nicoló Pollari, que se sientan en el banquillo, y los 26 agentes norteamericanos de la CIA, juzgados en rebeldía, están acusados de haber secuestrado al imán durante una operación de la agencia de inteligencia en el 2003, en Milán.
Abu Omar fue trasladado entonces a Egipto, donde fue encarcelado y sufrió torturas, según denunció él mismo después de ser excarcelado en el 2007.
Para el juez Óscar Magi, las declaraciones de Berlusconi y Prodi -pedidas por Pollari- son «admisibles y relevantes. Tendrán que testimoniar sobre la existencia o no del secreto de Estado y sobre su aplicación». De esta manera, Il Cavaliere se convertirá en el primer jefe de Gobierno italiano que hablará sobre los polémicos vuelos secretos que la CIA realizó con sospechosos de terrorismo. Para su abogado, esta convocatoria en el tribunal «es superflua e inútil», ya que no entiende «qué indicaciones puede dar Berlusconi sobre estos hechos».
Denuncia
Ayer declaró como testigo la mujer de Abu Omar, Nabila Ghali, quien acudió al tribunal con una túnica que le cubría el cuerpo y el rostro. Además, pidió hablar tras un biombo alegando «motivos religiosos». Desde Egipto, donde rehace su vida, el imán anunció que hoy mismo presentará una denuncia contra Italia por haber consentido su secuestro y pedirá un resarcimiento económico de 20 millones de euros, aunque está dispuesto a aceptar un generoso acuerdo extrajudicial.
Es el primer caso de los llamados vuelos de la CIA que se juzga en Europa. El proceso se desbloqueó en marzo, tras revocarse una orden de suspensión.