Barack Obama y John McCain invocaron el espíritu de dos carismáticos ex presidentes para encuadrar sus programas políticos y queriendo presentarse como sus herederos, durante su segundo debate televisivo, celebrado la noche del martes (madrugada de ayer en España) en la Universidad Belmont de Nashville (Tennessee).
El candidato demócrata mencionó a John F. Kennedy cuando propuso a los americanos conquistar la Luna para justificar sus innovadoras propuestas en materia de energía. El republicano cito a Ronald Reagan, a quien llamó amigo suyo para legitimar su deseo de mantener el liderazgo mundial de EE.?UU.
Aunque prometía ser un duelo de titanes con ataques personales, el debate quedó reducido a una pelea de almohadas centrado en la economía, aunque el tono de McCain fue agresivo e incluso desdeñoso en alguna ocasión. Los candidatos hicieron frente a 80 votantes indecisos, más preocupados por su cartera que por la intrahistoria de Washington. Las preguntas que dominaron toda la velada fueron ¿Qué harán para resolver la crisis si son elegidos presidentes' ¿A qué sacrificios se enfrentan los estadounidenses? Los candidatos se acusaron mutuamente de querer subir los impuestos y se arrogaron, una vez más, la idea de un cambio de rumbo para superar la crisis, pero sin precisar la receta.
Obama recurrió a la manida clase media, señalando que «necesita un plan de rescate para que los dueños de las viviendas puedan quedarse con sus casas». Una respuesta que irritó al senador por Arizona, que minutos antes había lanzado la propuesta de comprar las hipotecas impagadas y renegociarlas a los valores actuales de la vivienda para evitar que los ciudadanos pierdan sus hogares. «Que esta es mi propuesta, no es la del senador Obama, ni la del presidente Bush», sentenció.
Nuclear o verde
También intentó desligarse de los ocho años de políticas fallidas del actual inquilino de la Casa Blanca cuando se le preguntó sobre su postura sobre el cambio climático. «Estoy muy en desacuerdo con el Gobierno Bush, he viajado por todo el mundo constatando el efecto invernadero. ¿Cuál es la mejor forma de solucionarlo? La energía nuclear», aseguró. Ante la misma pregunta, Obama insistió en la necesidad de crear un industria que permita a EE.?UU. exportar tecnología verde del mismo modo que exportamos ordenadores».
También la reforma de la seguridad social estuvo presente en una noche en la que McCain definió el acceso a la atención médica como «una responsabilidad ciudadana», mientras Obama la calificó de «un derecho».
Errores de imagen
McCain cometió dos errores. Uno, señalar con el dedo y referirse a Obama como «ese» cuando acusó a su rival de haber apoyado una ley energética patrocinada por Bush que incluía «un montón de regalos» para las petroleras, lo que se interpretó como una manera despectiva de dirigirse a un colega del Senado, El segundo cuando finalizado el debate, abandonó el escenario mientras Obama se hacía fotos con todos sus seguidores.
Obama se movió como pez en el agua en el pequeño estudio. Su seguridad, y sobre todo su estatura, contrastaron con la pequeña figura y la dificultad para moverse por el escenario de McCain. La estampa recordó al mítico enfrentamiento en televisión entre John Fitzgerald Kennedy y Richard Nixon, donde el exceso de sudor del republicano supuso su perdición.