El pragmatismo de la paloma

La Voz

INTERNACIONAL

08 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

A Tzipi Livni algunos la llaman paloma, en un juego de palabras con su nombre real, Tzipora (ave en hebreo), y en contraposición a los halcones que la rodean. Pero esta mujer de 50 años parece empeñada en demostrar que es tan dura como sus rivales y que sus tesis son posibilistas, no pacifistas.

En las últimas semanas, como titular de Exteriores se encargó de defender la operación Plomo Fundido de las acusaciones de desproporcionalidad. No parece que la guerra marque el inicio de esa nueva forma de hacer política que ella promete, sino más bien un camino de continuidad.

Otra señal más, quizás, del pragmatismo que ha marcado la carrera de esta hija de militantes del Irgun, grupo paramilitar durante el protectorado británico, desde que entró en política. Lo hizo tarde, en 1996, después de ser agente secreto del Mosad y dedicarse a su familia y su carrera como abogada. De la mano de Ariel Sharon fue escalando posiciones en el Likud. Con él abandonó la formación en el 2005 ante la crisis provocada por la retirada de Gaza, a la vez que olvidaba su ultranacionalismo y su defensa del Gran Israel. Desde Kadima, Livni defiende, al menos en teoría, la creación de dos Estados, advirtiendo que lo hace por el bien de los israelíes. Algunos consideran a esta madre de dos hijos poco preparada para la jefatura de Gobierno y no olvidan que es mujer. En su favor juega la reputación de honradez, virtud casi sorprendente en un panorama político como el de Israel.