Guerra de sexos en Bruselas

Juan Oliver

INTERNACIONAL

Las eurodiputadas amenazan con bloquear la renovación de la Comisión por la ausencia de candidatas

18 nov 2009 . Actualizado a las 02:02 h.

La incomprensible ausencia de mujeres entre los aspirantes con posibilidades a ocupar puestos de responsabilidad en las instituciones comunitarias amenaza con alumbrar una verdadera guerra de sexos en Bruselas. Varias comisarias han mostrado ya su enojo porque nadie ha apostado de verdad por una fémina para los cargos de presidente permanente del Consejo y alto representante para las Relaciones Exteriores de la UE, y ayer, media docena de eurodiputadas de varios grupos parlamentarios amenazaron con promover una campaña para bloquear la renovación de la Comisión si en ella no se sientan al menos un 30% de comisarias.

Sus razones se explican por sí solas: en el actual Colegio de Comisarios, de veintisiete miembros solo ocho son mujeres. Y el número podría reducirse porque de los veintiún nombres que hasta ahora han propuesto los estados miembros para renovar esa institución a partir de diciembre, diecisiete son hombres.

«No han entendido el mensaje», asegura la eurocongresista verde holandesa Marije Cornelissen, quien, junto a varias compañeras de otros grupos, como la portuguesa Ilda Figueiredo y la ex primera ministra finlandesa Anneli Jäätteenmäki, denuncian que se trata de «un atentado contra los valores de Europa». «Tenemos el apoyo de todos los ecologistas, de la mayoría de la izquierda, incluidos los hombres, y de gran número de eurodiputadas socialistas, liberales y populares y de muchos de sus compañeros», advierte Marije.

Manifestación

Las congresistas han convocado una concentración que se celebrará hoy en la plaza de Schumann, justo entre las sedes del Consejo y de la Comisión, y a escasos quinientos metros del Parlamento. Esas dos últimas instituciones ya están presididas por hombres, y es probable que los puestos de mayor rango del Consejo también acaben en manos de un varón, como ya sucede en el Banco Central Europeo, el Tribunal de Justicia, el Banco Europeo de Inversiones, el Defensor del Pueblo, la Corte de Auditores, el Comité de las Regiones...

La UE se jacta de ser el territorio más igualitario del planeta, pero en la cúpula de sus instituciones no hay mujeres. Y el 53% de la población europea también está en minoría en los puestos intermedios: de la treintena de direcciones generales que dependen de la Comisión Europea, solo cuatro están al mando de mujeres, que solo ostentan una de las nueve presidencias y portavocías de los grupos parlamentarios en la Eurocámara. En el Consejo Europeo, donde se sientan los jefes de Estado y de Gobierno, solo hay una, la canciller Merkel.

España, como la UE, también presume de paridad, pero no pude hacerlo si mira a Bruselas. Por allí han pasado como altos cargos Javier Solana, Marcelino Oreja, Abel Matutes, José María Gil Robles, Manuel Marín, Enrique Barón, Josep Borrell, Joaquín Almunia... ¡Ah!, y Loyola de Palacio. Ayer, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se felicitó porque entre los nombres que suenan para los nuevos puestos está un compatriota, su ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Varón, claro.