Dimisiones y hostilidades entre la presidencia y el jefe de gobierno capitalino por escuchas telefónicas
INTERNACIONAL
El jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, solicitó al Gobierno el traspaso de parte de los agentes de la Policía Federal Argentina (PFA) para crear su propia policía municipal, algo que la presidenta Cristina Fernández le negó sistemáticamente.
Ante la negativa, Macri decidió crear su propia fuerza policial, para lo que convocó a algunos jefes retirados de la PFA. A partir de esto, la guerra sucia entre el Gobierno nacional y el de la ciudad no cesó.
Su punto culminante fue que Macri debió despedir a los dos primeros jefes de la incipiente Policía Metropolitana por estar vinculados a escuchas telefónicas de políticos y empresarios.
La denuncia ante el juez federal Norberto Oyarbide de la existencia de un espía llamado Ciro James, ex policía federal y funcionario municipal hasta ser detenido la semana pasada, destapó la olla de las escuchas ilícitas que vincularon a James con Jorge Palacios y Osvaldo Chamorro, los destituidos jefes nombrados por Macri.
El miércoles, Palacios fue encarcelado por orden del juez, mientras el alcalde de la ciudad culminaba una gira a España. El jueves, a su regreso, Macri recibió un ataque verbal por parte de Aníbal Fernández, el jefe del gabinete de Cristina Fernández.
«Macri es el responsable del espionaje» y, después de exhortarlo a dimitir, agregó que «por mucho menos Richard Nixon renunció». «Nos toma por idiotas a todos, dice estupideces sin sentido y es un vago», dijo. Por su parte, Macri le contestó: «Por el 10% de los casos de corrupción que tienen ustedes, echaron a Fernando Collor de Mello. Al matrimonio presidencial quiero decirle que no nos pueden comprar a todos».