Cuando arrancó la campaña electoral el 6 de abril se dijo que los votantes británicos, enfurecidos con su clase política por los recientes escándalos, tendrían más voz que nunca. Y es cierto. Los líderes de las tres formaciones políticas han tenido que soportar durante esta semanas las acusaciones y críticas de los ciudadanos; primero fue el conservador David Cameron, luego Gordon Brown y ayer fue el turno del liberaldemócrata, Nick Clegg.
Maya Black, una estudiante de 26 años, mostró su furor a Clegg por la política de empleo juvenil cuando este visitaba el South Birmingham College. Fue tal la dureza de sus críticas que el político «se quedó sin palabras», tal como indicó la joven.
Los Lib Dem quieren que los jóvenes solo estén 90 días cobrando el subsidio de paro, tras lo cual entrarán en cursillos de formación para la obtención de certificados, lo que Maya calificó como «gloriosos trozos de papel que no ayudan a crear empleo». Clegg reconoció que «un trozo de papel no logra crear empleo», pero añadió que «no hay nada peor para un joven que estar sentado en casa pensando y deprimiéndose porque no puede encontrar trabajo». Cuando el candidato se vio sin salida a las razones esgrimidas por la estudiante, decidió reducir la tensión. «Debería de meterse en política», le aconsejó.
La joven indicó más tarde que «si Clegg es capaz de quedarse sin palabras ante la pregunta de una estudiante, cómo puede dirigir un país».