El presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó ayer en Madrid al Partido Popular de haber apoyado un intento de golpe de Estado contra su Gobierno en septiembre del 2008, pero tanto el grupo político como el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, rechazaron la acusación.
El mandatario boliviano, que asiste en Madrid a la cumbre de la Unión Europea-América Latina y el Caribe, dijo que el PP apoyó el intento mediante una fundación afín y citó como pruebas informes de prensa. «Está en los periódicos», afirmó, sin precisar el nombre de la fundación.
El Gobierno de La Paz acusó en su momento a la Fundación Iberoamérica-Europa, cercana al PP, de financiar a los presuntos golpistas.
«Ninguna formación política española, ningún grupo político, ningún Gobierno ha tenido nada que ver con eso», dijo Moratinos después de que dirigentes del Partido Popular rechazaran la acusación, que calificaron de ofensiva para España y los españoles.
«Del PP y de cualquier otro partido sabemos su confianza en lo que es la defensa democrática e institucional», agregó.
Según Morales, la oposición conservadora boliviana y un «grupo separatista» de Santa Cruz de la Sierra intentaron derrocarlo primero mediante un referendo revocatorio de su mandato, pero al no conseguirlo alentaron «un golpe de Estado, que felizmente fracasó». Morales fue ratificado en la consulta popular de agosto del 2008 con más del 67% de los votos.
«Aliados internacionales»
Agregó que tales hechos todavía se están investigando y que algunos de los instigadores, a los que no identificó, han huido del país, lo que demostraría que son «delincuentes confesos». Aclaró, sin embargo, que el «primer conspirador» en el frustrado golpe fue el entonces embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, que fue declarado persona no grata e invitado a abandonar el país en septiembre del 2008.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, dijo que las declaraciones del presidente Morales son «un ejemplo más de los aliados internacionales que ha tenido y que tiene, lamentablemente» el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, de «unos aliados y unos gobernantes que vienen a España a insultar a los españoles». Por su parte, el secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, calificó las declaraciones de Morales de «absolutamente falsas y ligeras» y una «ofensa inaceptable para España y para millones de españoles».