La Fiscalía prepara una investigación judicial por blanqueo derivado de un fraude fiscal contra la heredera del grupo L'Oréal, Liliane Bettencourt, centro de un escándalo financiero y judicial que ha salpicado a uno de los miembros clave del Gobierno francés. Le Journal du Dimanche reveló ayer que la Fiscalía de Nanterre ha presentado a su jerarquía en Versalles y al Ministerio de Justicia un análisis jurídico para abrir esa investigación.
El responsable del ministerio público del Tribunal de Versalles, Philippe Ingall-Montagnier, declaró que esperan «una confirmación técnica de la policía sobre la validez de las grabaciones» que han sacado a la luz pública el posible fraude fiscal cometido por Bettencourt, con cuentas y operaciones en Suiza y otros paraísos fiscales.
En caso de que se formalizara la investigación judicial, afectaría tanto a la anciana multimillonaria (a sus 87 años es la segunda fortuna de Francia) como al gestor de su fortuna, Patrice de Maistre, e incluso a Florence Woerth (mujer del ministro francés de Trabajo), que trabajó hasta finales de junio también en el equipo de asesores fiscales de Bettencourt.
El elemento principal para que la Justicia se active parece ser la consideración de la validez de las grabaciones que durante meses hizo a escondidas el mayordomo de la heredera de L'Oréal en el palacete de esta, que aportaban elementos sobre posibles evasiones fiscales y sobre sus relaciones con Eric Woerth. Esas escuchas han desencadenado una denuncia de Bettencourt, quien por su parte mantiene un contencioso en los tribunales con su hija, que reprocha a un amigo de esta, el fotógrafo François-Marie Banier, haberse aprovechado de su senilidad.