La policía interroga durante dos horas en su domicilio a la heredera de L'Oréal

La Voz PARÍS/EFE.

INTERNACIONAL

El ministro de Trabajo, Eric Woerth, podría testificar hoy mismo sobre su implicación en el escándalo

27 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La multimillonaria heredera de L'Oréal, Liliane Bettencourt, declaró ayer, en calidad de testigo, ante agentes de la brigada financiera de la policía, que se trasladaron al domicilio particular de la octogenaria en las afueras de París. Los encargados de la investigación del escándalo que rodea a la multimillonaria han tratado de aclarar con ella algunas de las incógnitas sobre su patrimonio y sobre la investigación preliminar abierta por la Fiscalía de Nanterre por presunto fraude y evasión fiscal.

El testimonio duró unas dos horas, según declaró a la prensa el abogado de Bettencourt, George Kiejman, que precisó que las preguntas se centraron en las cuentas que la rica heredera posee en Suiza, en la situación fiscal de la isla de Arros que tiene en las Seychelles, y en su relación con el actual ministro de Trabajo, Eric Woerth, también salpicado por el mismo escándalo y que será el próximo en testificar, probablemente hoy mismo, según anticiparon ayer varios medios de comunicación galos.

Según aclaró el abogado de Bettencourt, el interrogatorio «se desarrolló muy cortésmente», aunque su clienta no recordó los detalles de algunos de los puntos evocados por la policía. El letrado también explicó que los policías allanaron la oficina de la secretaría de la multimillonaria tras el interrogatorio.

La dueña del imperio L'Oréal se encuentra en medio de una trama que salió a la luz cuando su única hija, Françoise Meyers-Bettencourt, recurrió a los tribunales para pedir una tutela judicial para su madre, argumentando que no estaba en condiciones de gestionar su fortuna, y para denunciar al amigo de la anciana, el fotógrafo François-Marie Banier, por aprovecharse económicamente de ella.

El cisma familiar derivó en un escándalo con ramificaciones políticas y financieras en el que han trascendido grabaciones secretas de mayordomos y declaraciones de ex asesores fiscales que han llegado a salpicar al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y que siguen poniendo en apuros al ministro Woerth.

El ministro de Trabajo deberá aclarar las sospechas sobre su presunta intervención para que su esposa consiguiese trabajo en la empresa que gestiona la fortuna de Bettencourt.

Según la Fiscalía de Nanterre, el ministro será interrogado en el marco de una de las cinco investigaciones preliminares que busca esclarecer los elementos revelados por las grabaciones clandestinas sobre un eventual conflicto de interés y fraude fiscal. En esta misma causa fue interrogada la esposa del ministro el 21 de julio, así como el administrador de la fortuna de Bettencourt, Patrice de Maistre.

En un primer momento, la ex contable, Claire Thibout, evocó un financiamiento político ilegal y aseguró que Woerth, tesorero del gobernante UMP, había recibido 150.000 euros en líquido, de Bettencourt, en la primavera del 2007, para financiar la campaña de Sarkozy. Interrogada por la policía, Thibout se desdijo sobre algunas de sus declaraciones pero mantuvo las acusaciones.