La popularidad del antiguo peronista decayó en los últimos años por varios casos de corrupción que lo salpicaron a él y a su esposa
28 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Néstor Carlos Kirchner nació en Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, el 25 de febrero de 1950. Fue miembro de la Juventud Peronista, estudió Derecho en la Universidad Nacional de La Plata y en 1975 se casó con Cristina Fernández, actual presidenta de los argentinos.
En 1976 recibió el título de abogado y regresó a Río Gallegos para ejercer la profesión, junto con su esposa, en un gabinete jurídico. Convivió con la dictadura de los militares sin problemas y llegó a la presidencia en el 2003, cuando se impuso en la segunda vuelta electoral, tras la decisión de Carlos Menem de bajarse de la elección. El dirigente de Santa Cruz se convirtió así en el 54.º presidente de la nación, cargo que ejerció desde el 25 de mayo de ese año hasta el 10 de diciembre del 2007, cuando entregó el mando a su esposa.
Antes de ser presidente fue alcalde de la ciudad de Río Gallegos (1987-1991) y gobernador de la provincia de Santa Cruz (1991-2003). En el 2009 fue elegido diputado de la provincia de Buenos Aires. Desde mayo era secretario general de la Unasur. Ejercía además la presidencia del Partido Justicialista, cargo al que renunció el 29 de junio del 2009 y que volvió a ocupar el 11 de noviembre de ese mismo año.
Tras jurar como presidente, Kirchner pronto desplegó un estilo de liderazgo personalista y autoritario, animándose a plantear posturas fuertes y conflictivas. Promovió la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que permitieron la reapertura de las causas por las violaciones a los derechos humanos de la última dictadura militar.
Construyó su poder apoyándose sobre todo en la recuperación de la economía y del empleo, aunque tuvo confrontaciones continuamente. Se enfrentó a la Iglesia, al FMI, a las empresas españolas radicadas en el país, a las Fuerzas Armadas, a los productores agropecuarios y, últimamente, a los grandes medios de comunicación, pelea que lo obsesionaba.
En los últimos meses, los porcentajes de popularidad del líder del Frente Para la Victoria habían caído apreciablemente. Las denuncias de corrupción que salpicaron a su Gobierno y al de su esposa hicieron aumentar las dudas en los ciudadanos, que sospechan de algunos socios políticos de los Kirchner implicados en hechos delictivos o violentos, como la muerte esta semana de un joven militante de izquierda a manos de matones sindicales que responden a los dirigentes obreros cercanos al Ejecutivo.