Sarkozy promete entregar a la Justicia los documentos del atentado de Karachi
INTERNACIONAL
Un nuevo escándalo en Francia propicia un ajuste de cuentas entre el presidente y Dominique de Villepin
21 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Nicolas Sarkozy no pudo eludir ayer en Lisboa el último escándalo que le salpica. Es «una polémica que no tiene razón de ser», pero aun así el presidente prometió que facilitará todos los documentos del dosier de Karachi «en tiempo y hora». Es la historia de las comisiones que se mezclaron a mediados de los noventa con la venta de submarinos a Pakistán: una parte se quedaba en sobornos locales y otra volvía a Francia, presuntamente para financiar la campaña presidencial de Edouard Balladur.
Sarkozy era entonces ministro de Presupuesto y portavoz del primer ministro y fracasado candidato. Por eso exigen su testimonio los familiares de los 11 franceses que murieron en atentado cuando se cortó el flujo de dinero. A su predecesor Jacques Chirac lo acusan precisamente de homicidio involuntario por ordenar en 1995 el fin de las comisiones, un extremo que ha confirmado Dominique de Villepin, entonces secretario general del Elíseo, que también ha sido denunciado.
Villepin quiere testificar «lo más rápidamente posible». Tiene «muy fuertes sospechas de que existieron comisiones ilegales» y espera que el juez Reanud Van Ruymbeke lo reciba la semana que viene.
Curiosamente, este magistrado fue clave en el caso Clearstream, el que permitió a Sarkozy sentar en el banquillo a Villepin, absuelto pero pendiente de nuevo juicio por conspirar contra el jefe del Estado. El nuevo escándalo tiene todos los ingredientes de un ajuste de cuentas. Sería «un rumor malévolo», según el Palacio del Elíseo. Sarkozy recalcó ayer que la justicia «debe hacer su trabajo», pero aprovechó para exigir «que no intenten colar comentarios políticos que no están a la altura del dolor de las familias que han perdido a sus allegados».
En mayo del 2002, un falso taxi pulverizó el minibús que transportaba a los ingenieros de la Dirección de Construcciones Navales frente al hotel Sheraton de Karachi. Hasta junio del año pasado, el atentado que costó la vida a 14 personas se atribuyó a Al Qaida. Pero las pistas acabaron llevando a una venganza por la interrupción de los sobornos. Según Villepin, Chirac decidió acabar con estas prácticas para «moralizar la vida pública». Su testimonio refuerza el prestado ante el juez por el ex ministro de Defensa Charles Millon, que reconoció la existencia de estas comisiones ilegales. Chirac ha hecho saber a través de su abogado que no prestará declaración ante el juez. El caso sigue clasificado como «secreto de Defensa».
El Partido Socialista exige explicaciones y habla de «escándalo de Estado». Los centristas han llevado la polémica a su propio enfrentamiento por el espacio político: recién destituido en Defensa, Hervé Morin ha pedido a su rival François Bayrou que aclare lo que sabe, puesto que fue uno de los apoyos del Gobierno de Edouard Balladur.