El Dalai Lama se quiere retirar y ceder el poder político a un líder electo

EFE

INTERNACIONAL

Pedirá al Parlamento, que se reúne el próximo día 14, que haga los pertinentes cambios a la Constitución.

10 mar 2011 . Actualizado a las 13:54 h.

El Dalai Lama anunció hoy su intención de ceder el poder político a un líder «libremente elegido» por los tibetanos, cuando se cumple un nuevo aniversario de la fallida revuelta del Tíbet contra China hace 52 años.

En un comunicado difundido a través de la página web del Gobierno tibetano en el exilio, que tiene su sede en la ciudad norteña india de Dharamsala, el Dalai Lama aseveró que pedirá al Parlamento, que se reúne el próximo día 14, que haga los pertinentes cambios a la Constitución.

De 75 años de edad, Tenzin Gyatso, conocido internacionalmente por su título espiritual de Dalai Lama, ostenta tanto el liderazgo religioso como el político de los tibetanos, para los que reclama una «autonomía genuina» dentro de China.

En su comunicado, el dirigente tibetano rindió tributo tanto a los que lucharon en 1959 contra la represión china como a los que tomaron parte en las «manifestaciones no violentas» de hace tres años, en alusión a unos disturbios que causaron la muerte de un centenar de personas y devolvieron la causa del Tíbet a las portadas de la prensa internacional.

También aludió con admiración a la «notable lucha no-violenta por la libertad y la democracia» registrada en varios países norteafricanos, y confió en que «estos cambios inspiradores conduzcan a la libertad, la felicidad y la prosperidad genuinas de sus pueblos».

Tras lamentar que los tibetanos viven «en temor y ansiedad constantes» bajo el régimen chino, propuso que una delegación internacional pueda visitar el Tíbet y comprobar la realidad de su gente.

Al anunciar nuevamente su intención de retirarse, el Dalai Lama aseguró que no se siente «descorazonado» ni pretende «eludir responsabilidades», y que seguirá haciendo su «parte en la causa justa del Tíbet».

«Desde la década del 1960, he puesto énfasis en que los tibetanos necesitan un líder libremente elegido por el pueblo tibetano, a quien yo pueda delegar el poder. Ahora, claramente ha llegado el momento de poner esto en práctica», mantuvo.

Para ello, pedirá «formalmente» al Parlamento que enmiende la Carta de los tibetanos en el exilio para hacer posible su deseo de «transferir la autoridad» a un líder electo.

El Dalai Lama consideró, sin embargo, que los tibetanos han sido «capaces de implementar la democracia en el exilio», congregado en la India (unas 130.000 personas) bajo su liderazgo.

No es la primera vez que el Dalai, aquejado en los últimos años de varios problemas de salud, anuncia su intención de retirarse de los asuntos políticos, aunque aún sigue viajando para reuniones con líderes internacionales -en febrero de 2010 se reunió con Barack Obama en Washington- y conferencias sobre budismo.

En todas las ocasiones, el Dalai ha tomado nota de las «demandas repetidas y encarecidas, tanto desde dentro como de fuera del Tíbet» para que no abandone el liderazgo político, y hoy dijo que esta cesión de poder beneficiará a los tibetanos «a largo plazo».

Lo cierto es que el componente teocrático del liderazgo del Dalai es esencial para los tibetanos, como también el reconocimiento mundial que ha conseguido su figura en más de medio siglo de exilio.