Wen aboga por reformas en China, pero niega analogías con los países árabes

PEKÍN / agencias

INTERNACIONAL

El primer ministro reconoce que la corrupción es un gran obstáculo

15 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, abogó ayer por cambios políticos en China, que considera indispensables para continuar las reformas económicas, y descartó analogías entre la situación en el gigante asiático y en los países de África u Oriente Medio. «Sin las reformas políticas, las reformas económicas no podrán funcionar y los logros que registramos corren el riesgo de perderse», declaró el primer ministro en una conferencia de prensa de cierre de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP).

Wen, que termina su mandato en el 2013, hizo declaraciones similares en agosto del 2010 en la ciudad meridional de Shenzhen. Estas declaraciones suscitaron entonces especulaciones sobre disensiones dentro del régimen comunista, aparentemente sacudido por un sector emergente de responsables dispuestos a conceder más libertades al pueblo.

Sin especificar

En una entrevista con la cadena de televisión estadounidense CNN sobre el mismo tema de las libertades políticas durante su visita a Washington, Wen había censurado a su propio país. Pero el primer ministro evitó profundizar aún más ayer sobre la naturaleza de las «reformas políticas» que desea, en momentos en que el Partido Comunista continúa sofocando toda disidencia al régimen comunista.

Por otra parte, Wen rechazó que haya analogías entre la situación en China y en los países de África u Oriente Medio presa de revueltas populares, aunque añadió que su país se enfrenta a un reto enorme en el plano interior.

«Hemos seguido de cerca las turbulencias en ciertos países de África del norte y Oriente Medio», pero «no existe ninguna analogía entre China y esos países», declaró el primer ministro en una conferencia de prensa.

Plano internacional

«Nos encontramos ante tareas enormes y una situación compleja en el plano interior e internacional», dijo Wen. «Debemos trabajar muy duro si queremos que nuestro trabajo tenga éxito en todos los frentes y alcanzar objetivos marcados», añadió, en alusión, sobre todo, a un crecimiento más equilibrado y a la lucha contra la inflación.

El jefe del Gobierno respondía a preguntas al final de la sesión anual del Parlamento chino, después de que circularan llamamientos por Internet convocando a concentraciones en una decena de ciudades chinas, al modo de la revolución del jazmín que causó la caída el 14 de enero del régimen del presidente Zine el Abidine Ben Alí en Túnez.

Ninguna manifestación siguió a los llamamientos en el país, donde la policía se desplegó de forma masiva para impedirlas.

En la sesión inaugural de la asamblea plenaria del Parlamento, el 5 de marzo, el primer ministro reconoció la existencia de un descontento popular en China, fruto de la inflación sobre todo, y el riesgo de inestabilidad que representaba.

El primer ministro admitió que «la actual corrupción es un gran obstáculo» que hay que atacar con reformas institucionales. «Debemos crear las condiciones que permitan al pueblo criticar y supervisar la labor del Gobierno», dijo Wen Jiabao.

Expresó que el avance en las reformas debe hacerse con estabilidad social y armonía, pues la reestructuración política no es fácil en un país con más de 1.300 millones de personas.

«La distribución de la riqueza, así como el acceso a la educación y a la seguridad social y a la salud define con la justicia social al socialismo, y juntas son base de la estabilidad. Por ello, debemos seguir avanzando en las reestructuraciones económica y política», manifestó.

«Lograr la igualdad de oportunidades y de educación para la creatividad es fundamental, pues solo cuando la gente está completamente motivada se puede reformar, esa es la esencia de la democracia», subrayó Wen.