La cacería política tiene lugar cuando unos 300 policías japoneses comenzaron a buscar por primera vez a desaparecidos en un radio de 10 kilómetros alrededor de Fukushima.
15 abr 2011 . Actualizado a las 10:05 h.El partido del primer ministro japonés, Naoto Kan, así como la oposición le exigieron ayer que renuncie. Aunque Kan pidió ayuda a ambas partes para lidiar con los devastadores efectos del terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo, se encontró con que sus rivales del Partido Liberal Democrático (PDL), crecidos por las victorias en las pasadas elecciones provinciales del domingo, demandaron su dimisión por la mala gestión de las operaciones de rescate y de la crisis en Fukushima.
«Que continúe al frente del Gobierno sería extremadamente desafortunado para el pueblo», sostuvo el líder del PDL, Sadakazu Tanigaki, quien sugirió que su partido podría presentar una moción de censura vinculante contra el Gabinete de Kan en la Cámara baja del Parlamento o someter al propio primer ministro a una moción no vinculante en el Senado.
También dentro del grupo político de Kan, el Partido Democrático de Japón (PD), se oyeron voces para forzarlo a dimitir. El presidente del Senado, Taeko Nishioka, le recomendó que abandonase por fracasar a la hora de hacer frente a las consecuencias del desastre y a la crisis nuclear. Ichiro Ozawa, que en su día fue líder del PD y una de las figuras más influyentes en el ámbito político nipón, criticó al jefe de Gobierno por una falta de liderazgo que, según afirmó, «podría derivar en nuevos desastres».
Cadáveres radiactivos
La cacería política tiene lugar cuando unos 300 policías japoneses con mascarillas y guantes de goma comenzaron a buscar por primera vez a personas desaparecidas en un radio de diez kilómetros alrededor de la devastada central de Fukushima. A la hora de cerrar esta edición habían encontrado diez cuerpos.
Los elevados niveles de radiación habían impedido hasta ahora la recuperación de cadáveres en el perímetro de la central, que sigue emitiendo sustancias radiactivas desde los edificios dañados de los reactores. En la búsqueda participan grupos de medición para detectar radiación. De hecho, antes de poder trasladar los cuerpos sin vida hallados, debían ser lavados.
Mientras tanto, la situación no mejoraba en la planta. Los sistemas de refrigeración seguían sin funcionar. Tepco informó de que la radiación en el agua del reactor se ha multiplicado por diez en solo una semana. Se espera que el fin de semana el viento arrastre partículas radiactivas hasta Tokio.
Por otra parte, según informa Efe, los países con instalaciones nucleares en activo coincidieron ayer en Viena en la necesidad de extraer lecciones del accidente de Fukushima, aunque reconocieron que aún les falta información para cerrar ese proceso.
La Convención de Seguridad Nuclear que se clausuró ayer, la primera reunión de este tipo tras el accidente de Japón, se cerró con un documento firmado por 71 países y la Comunidad Europea de la Energía Atómica, que los obliga a aplicar las experiencias que se extraigan de Fukushima.