Ante las interpretaciones de que se ha puesto de parte de los militares y de sus prerrogativas, el Constitucional egipcio se vio en la necesidad de aclarar que «no es parte de ninguna disputa que se pueda generar entre las fuerzas políticas». Además, defendió su independencia, al asegurar que seguirá actuando para supervisar la constitucionalidad de las leyes y evitar que haya una «agresión o violación» contra los textos constitucionales.
Frente a su rotunda declaración, el portavoz de la Presidencia egipcia, Yaser Ali, sostuvo que el decreto de Mursi no contradice el fallo del Tribunal Constitucional, sino que «garantiza la realización» de dicha resolución judicial, y negó que haya un conflicto entre el presidente del país y la magistratura.
Esta versión no casa con las movilizaciones anunciadas por los Hermanos Musulmanes para la jornada de hoy en apoyo de la postura de Mursi y que han elevado el nivel de alerta internacional. Desde Estados Unidos, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tommy Vietor, pidió que Egipto respete los principios democráticos «de manera transparente» y los derechos de todos los ciudadanos.