China envía dos buques a unas islas compradas por Japón

Esperanza calvo PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

BOBBY YIP / Reuters

La crisis coincide con la falta de noticias sobre el vicepresidente Xi Jinping

12 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Tres pequeñas islas deshabitadas han provocado una nueva escalada de tensión entre las dos economías más grandes de Asia. La confirmación por parte de Japón de la compra del archipiélago de las Senkaku (las Diaoyu para China), a una familia de empresarios nipones -sus hasta ahora dueños- por 20 millones de euros ha provocado la airada reacción de Pekín. El primer ministro chino, Wen Jiabao, anunció que dos patrulleras han puesto rumbo a las islas y advirtió: «China nunca cederá ni un centímetro cuadrado de esas islas». Quizás inspirados en estas palabras, un pequeño grupo de chinos protestó frente a la embajada de Japón en Pekín.

Una vuelta de tuerca más en esta crisis abierta hace un mes por los deshabitados islotes, fuente de numerosos altercados diplomáticos entre los dos países desde hace más de un siglo.

Los barcos enviados por China no son buques de guerra sino de la administración oceánica estatal, pero todavía es pronto para saber en qué derivará este nuevo conflicto.

El portavoz que confirmó la compra ha asegurado que las Senkaku son territorio japonés y que pretenden controlarlas de forma pacífica, a lo que China ha contestado con un enérgico comunicado explicativo sobre lo que ellos consideran sus derechos históricos sobre las islas y que termina así: «Si Japón se aferra obstinadamente a su propio rumbo, todas las consecuencias serias resultado de esta situación recaerán sobre Japón».

La disputa no es solo a dos bandas. Más cercanas a Taiwán que a la China continental o a Japón, las autoridades taiwanesas también expresaron su protesta por la compra del archipiélago, inhabitado durante años debido a la escasez de agua dulce en sus tierras. Lo que si esconden son riquísimos recursos pesqueros y energéticos tan necesarios para el desarrollo económico de quienes se las disputan.

La crisis del Mar de China Oriental no ha podido estallar en un momento más delicado para los dos países y agitar la bandera del nacionalismo es algo habitual en sus dirigentes. Si Japón prepara elecciones legislativas anticipadas, el PCCh está a las puertas de su XVIII Congreso en el que renovará a su cúpula de dirigentes y a su nuevo secretario general, un relevo que se produce cada 10 años.

Precisamente ahora el nombre del principal candidato para ostentar ese cargo está en boca de todos porque desde hace once días nadie sabe dónde está el vicepresidente Xi Jinping.

Se ha especulado con un posible dolor de espalda e incluso una web estadounidense se atrevió a anunciar su muerte en un accidente de tráfico a manos de sus rivales políticos, los partidarios del defenestrado Bo Xilai. Aunque ninguno de estos rumores se basa en fuentes fiables, evidencia la falta absoluta de transparencia del Gobierno de Pekín.

Censurado en la red

El nombre de Xi Jinping ha sido censurado ya en las redes de micro blogs como Weibo aunque los internautas no han tardado en encontrar nombres alternativos a ese para continuar hablando del tema. Con 500 millones de internautas, la red china tiene demasiados agujeros como para intentar tapar por completo un escándalo de semejantes proporciones.