
Afirma que en su mansión no hubo «escenas sexuales» y que dio por sentado que la joven era sobrina de Mubarak
20 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Nada de relaciones sexuales en su casa y menos con Ruby. Así lo aseguró ayer Silvio Berlusconi en su comparecencia ante el tribunal de Milán que lo juzga por prostitución de menores y abuso de poder en el caso. Il Cavaliere tomó la palabra para leer una «declaración espontánea» en la que contó su versión de los hechos que se le imputan y de esta manera evitar el difícil interrogatorio de la fiscal, su enemiga en anteriores causas, Ida Bocassini.
Berlusconi llegó al tribunal acompañado por la últimamente inseparable parlamentaria Maria Rosaria Rossi. Era la segunda vez, tras el 20 de abril, que se sentaba en el banquillo por esta causa. En la declaración habló de las fiestas celebradas en su mansión de Arcore y negó que en ellas hubieran tenido lugar «escenas sexuales». Explicó que tras la cena, en la que «monopolizaba la atención», se pasaba a la discoteca en la que tenían lugar «espectáculos que no tenían nada de vulgar, se bailaba y se veía lo que se ve en cualquier local». Dijo también que el término «bunga-bunga» nació como un chiste suyo que fue recogido por la prensa.
En cuando a la joven marroquí Karima El Marough, Ruby, negó haber mantenido con ella «relaciones íntimas». Explicó que «todos creíamos que era mayor de edad». Aseguró haber creído que era familiar del presidente egipcio Mubarak y que por ello llamó la noche del 27 al 28 de mayo de 2010 a la comisaría de policía en la que la joven estaba detenida: «no quería provocar un incidente diplomático». Más tarde «se quedó de piedra» cuando Nicole Minetti, la otra acusada, le contó la verdad.
Antes de abandonar la sala Berlusconi dio un apretón de manos a la fiscal Ida Bocassini a la que consiguió arrancar una sonrisa.
En la misma jornada declaró el cantante napolitano Mariano Apicella, animador de las veladas, quien negó haber visto a Berlusconi «alargar las manos» hacia sus invitadas. Insistió en que eran cenas «normalísimas». El 26 de octubre les tocará declarar como testigos a George Clooney y a su ex novia Elisabetta Canalis, invitados a casa.