Viaje secreto de Netanyahu a Amán para hablar sobre Siria
28 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El fiscal general de Alepo, Ahmed al Nuaimi, se ha unido a la lista de desertores del régimen de Bachar al Asad. Otra prueba de que el presidente sirio cuenta cada vez con menos apoyos y que solo depende de su joven guardia, partidaria de acabar militarmente con la rebelión. Una opción en la que ya no cree ni Rusia.
La cadena Al Arabiya se hizo eco de la deserción de Al Nuaimi en un vídeo colgado el miércoles en Internet. El fiscal afirma que se ha unido al Consejo de Justicia de la Siria Libre en protesta por los «crímenes» contra un «pueblo inocente» cometidos por Damasco. El disidente solicitó, además, a la justicia internacional que emita un orden de arresto contra Al Asad por crímenes contra la humanidad .
El fiscal se une a la creciente lista de altos cargos del régimen que se han unido a los rebeldes. La última, hace solo un día: la del jefe de la Policía Militar siria, general Abdelaziz al Shalal.
Las armas químicas
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se reunió con el rey Abdalá II en una visita secreta a Jordania, según recoge DPA de medios israelíes. La cita se centró en las armas químicas sirias, que Israel teme caigan en manos de extremistas tras la caída del régimen. El diario estadounidense The Atlantic informó a principios de mes que Netanyahu había pedido permiso a Jordania para atacar los arsenales químicos sirios, pero ese país se negó a ello en dos ocasiones.
El mediador internacional, Lakhdar Brahimi, pidió ayer un cambio real con un gobierno de transición con plenos poderes para dirigir Siria hasta nuevas elecciones. Aunque no precisó qué pasará con Bachar al Asad, en momentos en que Rusia desmentía haber llegado a un acuerdo con EE.UU. para que el presidente sirio permanezca en su cargo hasta el final de su mandato, en el 2014, sin poder ser candidato a la reelección, como se ha filtrado a la prensa.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, advirtió ayer sobre el riesgo de un «caos sangriento» si no se alcanza una solución negociada, tras reunirse con una delegación siria, a quien confirmó el apoyo de Moscú al acuerdo de Ginebra, que no define la suerte de Al Asad.