«En vez de utilizar de nuevo su tono marcial debería dejar el camino libre a un Gobierno de transición y un nuevo comienzo político en Siria», dijo ayer el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, tras conocer el contenido del discurso.
El jefe de la diplomacia germana lamentó que la intervención de Al Asad no aportara solución alguna a la solución del conflicto, y le reclamó que «no solo declare una vaga disposición a un alto el fuego, sino que suspenda de una vez la violencia de sus propias tropas».
En términos similares se pronunció a través de Twitter su homólogo británico, al tachar de «hipócrita» el discurso de Al Asad. El ministro de Exteriores británico, William Hague, señaló que el mensaje estaba «lleno de promesas vacías» que «no engañarán a nadie». Por su parte, el primer ministro, David Cameron, en una entrevista en la BBC, subrayó que su mensaje al líder sirio era que se fuera.
También Israel desdeñó las palabras de Al Asad. «No tenemos interés en responder a las palabras de quien masacra decenas de miles de civiles de su propio pueblo simplemente porque querían quitarse de encima una cruel represión que duraba décadas», señaló a Efe el portavoz del Ministerio israelí de Exteriores, Igal Palmor.