El SPD desafía a Merkel con un programa antiliberal

úrsula moreno BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Steinbrück promete crear un salario mínimo y subir impuestos a los ricos

15 abr 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

Ayer arrancó la campaña electoral en Alemania. A cinco meses de los comicios generales, Peer Steinbrück lanzó una andanada de ochenta minutos de duración contra la canciller, Angela Merkel, y su Gobierno. En Augsburgo, cerca de Múnich, el líder del Partido Socialdemócrata (SPD) presentó su programa, reivindicando la justicia social, la lucha contra los paraísos fiscales y los desmanes del mundo financiero. Los viejos temas del SPD están ahora más presentes que nunca. Por eso un controvertido Steinbrück, con los sondeos claramente en contra, cosechó pese a todo largos minutos de ovaciones por parte de los 600 delegados presentes en el congreso extraordinario del partido.

Casi hora y media de retórica política, que comenzó con un mensaje claro: «Quiero ser canciller de la República Federal de Alemania». Sabe que lo tiene muy difícil. Según los últimos sondeos, de celebrarse elecciones hoy, los socialdemócratas obtendrían el 26 % de los sufragios frente al 41 % que irían a parar a la Unión Cristianodemócrata de Merkel. La canciller sigue siendo la política más valorada, sobre todo después de la mano dura de su Gobierno en el reciente contencioso de la UE con Chipre.

Ahora bien, la segunda política más valorada en Alemania es Hannelore Kraft, la primera ministra socialdemócrata de Renania del Norte Westfalia, que el año pasado revalidó su cargo. A estos éxitos regionales se aferra en el SPD, y a una política de «menos yo y más nosotros», como dijo ayer Steinbrück. En un ejercicio de equilibrismo entre la modestia (que tanto le cuesta) y el poder de convicción, el líder socialdemócrata recordó que el SPD tiene que ser «el partido que contribuya al renacimiento de la economía social de mercado».

Brecha social

El programa de cerca de cien páginas con el que pretende desbancar a Merkel después de dos legislaturas, apuesta por un salario mínimo interprofesional de 8,5 euros la hora, en un país en que no existe tal garantía excepto en sectores muy concretos como el de la construcción. En Alemania, el país del milagro laboral, en donde existe casi el pleno empleo, la cruda realidad es que casi 7 millones de personas viven con salarios de 450 euros mensuales, los llamados minijobs, que compensan con subvenciones sociales. La brecha social es cada vez mayor, y la pobreza, uno de los principales problemas de Merkel, al menos de puertas para dentro.

Educación gratuita

Steinbrück criticó ayer duramente esa tijera entre ricos y pobres en Alemania, que cada vez se abre más. Para empezar, y si llega al poder, quiere elevar la tasa impositiva para salarios de más de 100.000 euros anuales del actual 45 al 49 %. También apuesta por un impuesto sobre las transacciones financieras y gratuidad en la educación, desde las guarderías hasta las universidades (estas últimas han dejado de ser gratuitas en algunos estados del país).

Partido y candidato no se pueden permitir más tropiezos. Steinbrück, un político sin pelos en la lengua, peca para muchos de arrogante. Tan pronto se mofa de Berlusconi -obligando al presidente italiano, Giorgio Napolitano, a negarle un encuentro en Berlín- como asegura que la canciller tiene un plus por el simple hecho de ser mujer. Con un programa de izquierdas y con el refuerzo de los Verdes, se propone llegar a la cancillería. La presidenta de los Verdes, Claudia Roth, invitada ayer, dejó claro que apoyará al SPD en esta empresa.