Liberan a la familia de siete franceses secuestrada en febrero en Camerún

EFE

INTERNACIONAL

Se trata de cuatro niños y tres adultos

19 abr 2013 . Actualizado a las 12:31 h.

El presidente camerunés, Paul Biya, anunció hoy que ha sido liberada la familia de siete franceses secuestrada el pasado 19 de febrero en el norte de Camerún que, posteriormente, fue trasladada a Nigeria.

Los liberados, cuatro niños y tres adultos, fueron raptados por la secta radical islámica nigeriana Boko Haram, que el pasado 25 de febrero difundió un vídeo en el que se atribuyó el secuestro.

«La familia Moulin Fournier, detenida desde hace un mes en Nigeria, está libre», afirmó Biya en un comunicado emitido por la radio estatal CRTV.

«Todos sus miembros gozan de buena salud. Esta liberación ha sido posible merced al apoyo de los gobiernos de Camerún, Nigeria y de Francia», agregó el presidente, sin aportar detalles sobre la liberación.

El ministro camerunés de Comunicación, Issa Chiroma Bakary, confirmó a Efe «la liberación de los siete secuestrados franceses» y subrayó que «su liberación no ha sido negociada».

La familia francesa, el padre de la cual trabaja en Yaundé para la empresa energética GDF Suez, fue secuestrada en la ciudad de Dabanga, en el norte de Camerún, cerca de la frontera con Nigeria.

Secuestrado en el Parque Natural de Waza

Los siete ciudadanos galos hacían turismo por la zona, donde se encuentra el Parque Natural de Waza. «Los secuestrados circulaban en moto cuando fueron interceptados a la salida del Parque Waza y les llevaron a la fuerza a la zona de Nigeria», explicó entonces Bakary.

Este fue el primer secuestro en el que se ven afectados niños franceses y también el primero de ciudadanos galos en territorio camerunés.

Boko Haram, que significa en lenguas locales «la educación no islámica es pecado», lucha supuestamente por imponer la ley islámica en Nigeria, de mayoría musulmana en el norte y preponderancia cristiana en el sur.

Desde 2009, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado unos 1.400 muertos, según la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), aunque el Ejército de Nigeria asegura que las víctimas son más de 3.000.