Zubeidat Tsarnaeva, la madre de Dzhojar y Tamerlán, declaró ayer a medios rusos que está convencida de la inocencia de sus hijos y que les tendieron una trampa, ya que estaban siendo vigilados, reafirmando lo dicho por su exmarido y padre de los jóvenes. «Estoy al cien por cien segura que los engañaron», dijo.
El FBI sabía que su hijo mayor se había acercado al islamismo radical, declaró Zubeidat por teléfono al Rusia Today desde su casa en Majachkalá, capital de Daguestán, donde vive tras regresar de Estados Unidos.
Explicó que el FBI lo estuvo vigilando entre tres a cinco años y que por lo tanto «sabían lo que estaba haciendo y qué páginas de Internet visitaba». Incluso unos agentes estuvieron en su casa cuando todavía vivía en Massachusetts y le dijeron que Tamerlán «era un líder islamista y que tenían miedo de él».
El viernes el padre, Anzor, declaró que sus hijos no pudieron planear y organizar el atentado, porque sabían que los servicios de seguridad de EE.UU. tenían los ojos sobre ellos».
Su hijo mayor comenzó a interesarse de una forma más profunda por el islam hace unos cinco años. «Pero nunca dijo que iba a seguir el camino de la yihad», afirmó la madre. A su hijo Dzhojar le pidió que diga la «verdad» a la policía, que les habían «engañado».