Morgan Tsvangirai se enfrenta por tercera vez al presidente del país africano, Robert Mugabe, que acumula 33 años en el poder
02 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Un día después de las elecciones generales de Zimbabue, el primer ministro y principal candidato opositor a la Presidencia, Morgan Tsvangirai, tildó hoy los comicios de «gran farsa», mientras el país sigue a la espera del resultado electoral.
«En nuestra opinión, las elecciones son nulas», afirmó Tsvangirai, líder del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), en una declaración ante periodistas en la sede de su partido en Harare.
El primer ministro del Gobierno de unidad nacional se enfrentó ayer en las urnas por tercera vez al presidente del país africano, Robert Mugabe, que tiene 89 años, acumula 33 en el poder y aspira a un nuevo mandato de un lustro.
«Es una farsa que no refleja la voluntad popular», recalcó el jefe del MDC, de 61 años, quien reveló haberse reunido hoy con varios diplomáticos para trasladarles ese mensaje.
A juicio del primer ministro, las votaciones no cumplieron «con las pautas de la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC)», supervisora del proceso, incluida la formación del actual Gobierno de coalición tras la violencia postelectoral de 2008.
En ese sentido, la Red de Apoyo a las Elecciones de Zimbabue (ZESN), el mayor grupo de observación electoral independiente, denunció hoy que más de 750.000 votantes no figuraban en el censo electoral, cuya elaboración está en manos de un aliado de Mugabe, Tobaiwa Mudede.
En una rueda de prensa, la ZESN aseguró también que «muchos» electores encontraron problemas para votar, especialmente en zonas urbanas, consideradas bastiones opositores
Según la Red de Apoyo, que movilizó a 7.000 observadores, numerosos electores fueron rechazados en el 82 por ciento de los centros de votos urbanos, problema que sólo sufrió el 38 por ciento de los colegios en zonas rurales, donde tiene gran apoyo la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), de Mugabe.
Por contra, el jefe de la misión de observación electoral de la Unión Africana, el expresidente nigeriano Olesegun Obasanjo, consideró que los comicios se desarrollaron de forma «libre y justa», aunque aún debe emitir un informe definitivo.
Mugabe ha prohibido el despliegue de misiones de observación occidentales, si bien diplomáticos de esos países pudieron hacer ayer seguimiento del proceso.
En su cuenta oficial de la red social Twitter, la ZANU-PF publicó hoy varios mensajes sobre los comicios, como el siguiente: «El pueblo ha votado. Ahora, quienes no ganen deben también aceptar los resultados. ¿Por qué participan si vetan los resultados?»
«Nos sentimos confiados y preparados para las celebraciones», agregó el partido de Mugabe en otro texto, en el que parece dar por segura la victoria electoral.
Mientras tanto, Zimbabue espera el final del recuento de los votos en unas elecciones presidenciales, senatoriales, parlamentarias y locales que ayer transcurrieron en calma y contaron con una alta participación.
Unos 6,4 millones de zimbabuenses fueron llamados a emitir su sufragio en unos 10.000 colegios electorales repartidos por las diez provincias del país, que estuvieron vigilados por unos 62.000 efectivos de las fuerzas de seguridad para evitar disturbios.
Las leyes electorales zimbabuenses conceden cinco días, desde el cierre de urnas, para publicar los resultados presidenciales.
La jefa de la Comisión Electoral de Zimbabue, Rita Makarau, aseguró hoy haber «recibido informes de que el recuento ha acabado en los centros de voto y la recopilación ha comenzado a nivel de circunscripciones electorales».
La tranquilidad era hoy la nota dominante en las calles en Harare, si bien policías antidisturbios -cuerpo controlado por el partido de Mugabe- fueron desplegados en torno a la sede del MDC.
«Ellos (los agentes) intentaron intimidarnos. Que hagan lo que quieran. No nos provocarán», comentaron a Efe fuentes del MDC.
Tras el anuncio de los resultados de las últimas votaciones, en 2008, se desató una oleada violenta que acabó con la vida de 200 seguidores del MDC, después de que Mugabe perdiera la primera ronda electoral.
Tsvangirai se retiró de la carrera presidencial en protesta y, aunque Mugabe se alzó con la victoria, la SADC obligó a ambas partes a formar un Gobierno de coalición, creado en 2009, para zanjar la crisis.
Hasta ese momento, Mugabe había gobernado el país en solitario y de forma autoritaria desde la independencia del Reino Unido, en 1980.
Pese al pacto de gobierno, Robert Mugabe y su partido han mantenido el control de las Fuerzas Armadas, la Policía, el aparato judicial del país y los medios de comunicación públicos.