Años de litigios y sanciones dejan un país arruinado

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

La larga disputa sobre el programa nuclear iraní

27 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Con la llegada al poder del clérigo moderado Hasán Rohaní soplan vientos favorables en la disputa nuclear iraní, después de años de negociaciones sin avances que han dejado un país aislado y económicamente en la ruina.

¿Cuáles son los orígenes del programa nuclear?

En los años cincuenta y con la ayuda de EE.UU., el país gobernado entonces por el sha Mohamed Reza Pahlevi inició su programa nuclear. Tras el triunfo de la revolución islámica, el ayatolá Jomeini, que consideraba esas armas poco éticas, lo suspendió, pero fue resucitado durante la guerra entre Irán e Irak y, sobre todo, tras la muerte de Jomeini en 1989. En 1975 la alemana Siemens inició la construcción de su primera planta nuclear, la de Bushehr, que pasó a manos rusas en los años 90.

¿Cuándo saltó la alarma internacional?

En febrero del 2002, EE.UU. inició el acoso a Irán al incluirlo George W. Bush entre los países del eje del mal. El 12 de septiembre del 2003, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) exige por primera vez en una resolución explicaciones a Teherán sobre el desarrollo de la energía nuclear ante las dudas de sus objetivos pacíficos.

¿Cumplió las exigencias de transparencia que exige Occidente?

El reformista Mohamed Jatamí colaboró con la OIEA, pero sin renunciar nunca a la energía nuclear. El jefe negociador era entonces el actual presidente Hasán Rohaní. Pero la llegada al poder en el 2005 del conservador Mahmud Ahmadineyad cambió el juego. Hasta la fecha, ni las sanciones ni las negociaciones -ni la guerra sucia, como los ataques con virus informáticos como el Stuxnet y asesinatos de varios científicos, de los que se acusa al Mossad y a la CIA- han logrado nada. Diez años después de la primera resolución, Teherán ha ampliado su programa nuclear y, según la OIEA, está a punto de tener la bomba atómica.

¿Por qué hay esperanzas de lograr un acuerdo?

Sobre todo por el talante conciliador de Rohaní, que desde el primer día abrió la puerta a solucionar sus diferencias con EE.UU. El gran reto es ver si Irán logra imponer su anhelado derecho a seguir con su plan nuclear -en particular el de enriquecer uranio- y si acepta las exigencias que le impondrá Occidente para cumplir ese deseo. Pero la última palabra la tendrá el ayatolá Alí Jamenei, la máxima autoridad del régimen teocrático. Se verá entonces si Irán acepta que Israel sea la única potencia nuclear en Oriente Medio.