El mayor rival del kirchnerismo apoyó la ley de medios contra Clarín
01 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.«Aquí comienza un camino que busca darle un marco jurídico moderno a uno de los campos más relevantes de nuestra sociedad, no solo en términos de información, sino también en términos de identidades». El marco jurídico moderno al que se refiere la frase es la ley de comunicación audiovisual ideada por el expresidente Néstor Kirchner para desmantelar el grupo de comunicación Clarín. Quien la pronunció desearía hoy no haberla dicho jamás.
Se trata de Sergio Massa, el disidente kirchnerista que asestó un golpe de muerte a las filas de Cristina Fernández en las elecciones legislativas del pasado domingo. Hoy enfrentado a la presidenta, Massa debe soportar, sin embargo, que los medios recuerden el activo papel que desempeñó como alto cargo de los Kirchner en la ley ideada por el matrimonio para destruir económicamente al grupo de comunicación del que habían sido socios hasta el 2007.
Es una venganza del pasado, la demostración de que el cartero siempre llama dos veces. Entonces, el hoy anti K estaba sentado al lado de su exjefa, la presidenta Fernández, y decía exultante a una platea enardecida que agitaba carteles con la leyenda «Clarín miente»: «queremos agradecerles su presencia en esto que pretende ser el punto de partida de la nueva ley de comunicación audiovisual».
Según sostenía Massa en aquel momento, esa ley pensada para amordazar a un grupo crítico era imprescindible para garantizar el pluralismo, la única forma de que «sean cada vez más y más las voces que se repiten en los medios».
El ahora aspirante a las presidenciales en el 2015, que basó su partido Frente Renovador en una ruptura con el kirchnerismo, se encuentra atrapado por lo que hizo. El fallo del Supremo sobre la ley, que obliga al grupo Clarín a desprenderse de parte de sus negocios en el mundo de la comunicación, eclipsó su triunfo electoral y lo dejó tambaleando entre su historia personal y su necesidad de despegarse de los Kirchner. Por eso, echó una de cal y otra de arena con la boca pequeña: «todos deben respetar la decisión de la Corte, pero hay que ordenar y profesionalizar el AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, organismo de aplicación de la ley) para que sea un órgano independiente del Estado, como pidió el tribunal en su sentencia».
Pese a su respeto por el fallo, Massa manifestó sus objeciones sobre el manejo arbitrario del Gobierno en «la distribución de la publicidad oficial» y exigió un trato igualitario para todo el espectro de medios, algo que no propició cuando era el jefe de los ministros de la viuda de Kirchner.
Por eso ha quedado tocado. El que golpeó al Gobierno el pasado domingo ha quedado, a su vez tocado, por un fallo que le recuerda a los ciudadanos de qué lado estaba en el momento en que empezó la guerra.