Berlín evalúa interrogar a Snowden en Moscú

Úrsula Moreno BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Alemania considera que el exagente del NSA podría aclarar las dimensiones del programa de espionaje de la NSA

07 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Todo el mundo quiere a Edward Snowden, y no solo Estados Unidos, aunque este para juzgarlo como traidor. El Gobierno alemán se plantea interrogar al exagente del NSA en Rusia, donde ha recibido asilo, consciente de que podría aclarar las dimensiones del programa de espionaje de los servicios secretos estadounidenses en Alemania.

Aunque el Gobierno en funciones de Angela Merkel mantiene su negativa a ofrecer asilo al filtrador, ayer la comisión parlamentaria de secretos oficiales expresaba su interés en interrogarlo. «No contemplamos la posibilidad de traerlo a Alemania porque no podríamos garantizar que no se presentara una demanda de extradición [a Estados Unidos]», explicó el presidente de la comisión, Thomas Oppermann. No obstante solicitaron «por unanimidad» al Gobierno que evalúe la posibilidad de entrevistarlo en Moscú.

El todavía ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, dijo que se analiza esta posibilidad, pero reiteró que no habrá asilo para Snowden. Los Verdes, sin embargo, quieren traerlo a Alemania porque temen las injerencias del Kremlin. Hans-Christian Ströbele, el diputado ecologista que puso en marcha este proceso al visitar a Snowden en Moscú, aseguraba ayer que «Alemania puede, solo tiene que quererlo». Explicó que Snowden «no quiere ser entrevistado en Moscú, sino que le gustaría recibir asilo o un permiso de residencia en Alemania y que en tal caso estaría dispuesto a testificar». Lo que exige son garantías de no ser extraditado a EE.UU. Algo que Berlín no quiere ni puede garantizar. Las relaciones trasatlánticas tienen prioridad, sobre todo ahora que negocia un acuerdo de no espionaje con Washington.

Además de la oferta de Snowden, la comisión escuchó las conclusiones del viaje a EE.UU. de los presidentes de los servicios secretos alemanes de exterior e interior, Gerhard Schindler y Hans-Georg Maaßen.

Por otra parte, Berlín dio un paso más en su enfado con el Reino Unido por las revelaciones sobre el programa de espionaje de su embajada en Berlín y pidió explicaciones por escrito a un pregunta muy directa: «¿Se han empleado equipos de escuchas para interceptar las comunicaciones del Gobierno federal o del Bundestag?»