Alemania no quiere olvidar la noche de los cristales rotos

úrsula moreno BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Las autoridades intentan mantener vivo el recuerdo del ataque a los judíos

09 nov 2013 . Actualizado a las 10:30 h.

Hoy hace 75 años ardieron cerca de mil sinagogas en toda Alemania. Los escuadrones nazis rompieron los cristales de prominentes establecimientos judíos en todo el país para después destruir y quemar también sus templos. La infamia se conoce como la noche de los cristales rotos, pero aunque es parte del pasado no se ha agotado en el presente porque Alemania aún no ha logrado erradicar el antisemitismo por completo.

Así lo recordaba la canciller Angela Merkel, dedicando uno de sus videomensajes semanales a los peores progromos desde la Edad Media, que fueron el preludio de la Solución Final, el exterminio de seis millones de judíos en toda Europa.

Una exposición en la Nueva Sinagoga de la Oranienburger Strasse, en el centro de Berlín, recorre las sinagogas que quedaron arrasadas en la capital alemana. La muestra recuerda como en aquel entonces uno de cada cinco alemanes veía con buenos ojos la persecución orquestada por el partido nazi.

En tiempos en que los partidos populistas de extrema derecha (Jobbik en Hungría, Frente Nacional en Francia, Amanecer Dorado en Grecia, por poner solo algunos ejemplos) viven un resurgir preocupante en Europa, no es de extrañar que la comunidad judía muestre su consternación.

Así lo revela un estudio de la Agencia para los Derechos Fundamentales de la UE (FRA) hecho público ayer. El 44% de los judíos encuestados en ocho países europeos creen que el antisemitismo ha aumentado en los últimos cincos años, sobre todo en Francia y Hungría. En Alemania, donde viven 120.000 judíos, el 32%, se declaran preocupados. Cruces gamadas en los muros de una guardería judía en Berlín son casos aislados, pero una realidad. «Algo imposible de explicar, pero cierto», decía en su mensaje Merkel.

De ahí que el presidente del Parlamento, el alemán Martin Schulz, recordara ayer que «los fantasmas del pasado no han desaparecido». El presidente federal, Joachim Gauck, visitará hoy un memorial judío en Brandeburgo, 200 rabinos de toda Europa se reunirán en Berlín y el ministro del Interior participará en actos conmemorativos. La canciller abogaba por mantener una «exhaustiva cultura del recuerdo», sobre todo cuando no queden testigos presenciales del Holocausto.