Unos 70 jefes de Estado y de Gobierno asistirán a los funerales de Madela, cuyo féretro será paseado por las calles de Pretoria para que los ciudadanos le puedan rendir tributo
08 dic 2013 . Actualizado a las 10:26 h.Sudáfrica se preparaba ayer para rendir a Nelson Mandela uno de los mayores homenajes mundiales dedicados a una figura de Estado en décadas. Mientras las banderas ya ondeaban a media asta, las autoridades ultimaban el acto central del funeral que tendrá lugar el martes en el estadio Soccer City de Johannesburgo, donde unas 95.000 personas podrán seguir en directo la ceremonia y otras podrán hacerlo en otros estadios habilitados para retransmisiones.
Los homenajes se prolongarán durante los diez días que dura el duelo, anunció el presidente Jacob Zuma. Tras el funeral del martes, los restos de Mandela serán trasladados al complejo Union Buildings, sede del Gobierno en Pretoria, donde se instalará la capilla ardiente y podrá ser visitado. Allí permanecerán entre el miércoles y el viernes, aunque serán sacados cada día para recorrer las calles de la ciudad y que el pueblo pueda rendir tributo a su ídolo.
El sábado, el cuerpo será trasladado a Waterkloof, en Pretoria, donde el Congreso Nacional Africano le dará su último adiós. Después será conducido a Este del Cabo, desde cuyo aeropuerto partirá en carroza hasta la casa de la familia en la aldea de Qunu. La familia agradeció ayer el apoyo recibido de todo el mundo. Mandela era un hombre humilde que «hizo tiempo para los reyes y las reinas, los pobres y los ricos, los grandes y los pequeños», dijo la portavoz, Themba Matanzima. «Madiba no solo fue un ciudadano de Sudáfrica y del extenso continente africano, sino un ciudadano del mundo», añadió.
El domingo 15 será el último día de conmemoración, con un funeral de Estado ante la familia, el presidente, el Gobierno y hasta 70 jefes de Estado y de Gobierno de otros países. Varios de los que ya han confirmado su asistencia son Barack Obama con su familia y los expresidentes George W. Bush, Bill Clinton y Jimmy Carter; la brasileña Rousseff, el portugués Cavaco Silva, el expresidente colombiano Andrés Pastrana, y el francés François Hollande.
Ante la presencia de tantas autoridades y la avalancha de personas que quieren rendirle homenaje, la seguridad ha tenido que ser reforzada en Pretoria. El jefe de las Fuerzas Armadas informó de que todos los soldados de permiso han sido llamados a sus puestos. Los agentes registran los vehículos e impiden su entrada al complejo gubernamental donde Mandela tuvo su despacho y donde son miles los que quieren firmar en los libros de condolencias, dejar tarjetas y ramos de flores.
Los ciudadanos también siguen dejando notas de agradecimiento frente a la casa de Mandela en Johannesburgo, en un pequeño altar improvisado con velas y flores, y en Ciudad del Cabo, donde pronunció su primer discurso tras ser excarcelado en 1990.
Las agencias de viajes informaron de que los hoteles y coches de alquiler de Pretoria y Johannesburgo están reservados para los dignatarios y que no hay alojamiento disponible hasta el día 26.
Silencio en Qunu
Mandela será enterrado en su pueblo de Qunu, donde creció. Así el preso 46664, el más famoso del mundo, cumplirá su deseo de descansar junto a su familia. También allí todo el mundo está de duelo, pero el desconsuelo se manifiesta de forma distinta. Nadie canta, nadie baila, las emociones se expresan a media voz. En su casa tampoco hay bullicio, en contraste con lo que sucede en Johannesburgo. Aquí todo se reserva para el domingo, cuando el mundo asista al entierro de Madiba. El rey Thembu, el clan de los Mandela, Dalindyebo, prepara ya el funeral tradicional.