La izquierda mexicana decidió retirarse ayer del llamado Pacto por México, una inédita alianza que el Gobierno de Peña Nieto y los principales partidos opositores suscribieron en el 2012 para impulsar reformas de gran calado, después de que la histórica reforma energética quedará aprobada definitiva ayer tras una última votación en el Congreso.
«El Pacto por México está muerto ¿En dónde queda? En el limbo, en las pretensiones de querer hacer parecer como que aquí estamos las tres fuerzas principales sacando cosas en un excepcional momento para la vida nacional, cosa que fue cierta durante un año, pero ya no más», dijo el presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano. Un diputado del PRD, Antonio García, se desnudó ayer durante el último debate en la Cámara para rechazar «el despojo» que cree se hará al país al abrir al sector privado el monopolio estatal energético Pemex.
El pacto fue firmado por el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN, conservador) y el PRD.