
El presidente responsabiliza a los políticos de las protestas sociales
07 feb 2014 . Actualizado a las 23:40 h.Manifestantes furiosos ante la situación económica en Bosnia prendieron fuego en Sarajevo a la sede de la presidencia de esta exrepública yugoslava. Durante todo el viernes en se han registrado protestas en el país y unas 150 personas han resultado heridas. Las llamas se extendieron hasta la segunda planta del inmueble, adyacente al del gobierno regional, que fue incendiado antes por los manifestantes.
Decenas de miles de personas se manifestaron hoy en Sarajevo, Tuzla, Zenica, Bihac y decenas de otras ciudades en protesta contra el cierre de varias fábricas y en contra de la pobreza y corrupción política en este país, dividido y crispado desde la guerra que padeció hace 20 años. Durante las protestas se produjeron violentos enfrentamientos con la policía, ataques a edificios gubernamentales, destrucciones y saqueos de tiendas y otras infraestructuras.
Las protestas comenzaron el pasado miércoles en Tuzla (noreste) por el cierre de varias fábricas industriales tras su privatización, y se extendieron hoy a otras ciudades. El jefe de turno de la terna presidencial de Bosnia-Herzegovina, el croata Zeljko Komsic, reconoció hoy que las protestas en el país se produjeron por problemas que se acumulan desde hace años, y culpó de ello a la clase política. «Es todo nuestra culpa. No sé si el poder estatal podrá funcionar, pero deberá hacerlo. El poder siempre debe funcionar, este u otro. Porque de la anarquía no viene nada bueno», dijo el político croata-bosnio, que comparte la terna presidencial, jefatura colegiada del país, con un serbio y un musulmán.
El ministro bosnio del Interior, Fahrudin Radoncic, fue tajante hoy al calificar las protestas como «un tsunami de los ciudadanos robados» contra la corrupción. En ese sentido, criticó a los gobiernos cantonales por carecer de sensibilidad con los ciudadanos. «La privatización saqueadora ha sido horrible. Y aún peor es que tenemos un sistema policial en el que, de hecho, los primeros ministros locales ordenan a que apaleen a su pueblo», dijo Radoncic, y añadió que «es algo inaceptable».
Según los acuerdos de paz de 1995, Bosnia-Herzegovina está compuesta por una federación musulmano-croata y una república serbia, y tiene además instituciones de poder comunes. El ente musulmano-croata, que lleva años sumido en un clima de inestabilidad política y económica, tiene una estructura complicada por estar dividido en diez cantones, cada uno con su propio gobierno y parlamento.