Mueren cuatro personas, tres de ellas surcoreanas, en un ataque en el Sinaí
17 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El terrorismo islámico egipcio vuelve a tener en el punto de mira al turismo. Tres ciudadanos surcoreanos murieron ayer al explotar un artefacto en un autobús turístico en la ciudad costera de Taba, en la península del Sinaí, en el límite con Israel. Tras el ataque, las autoridades de Tel Aviv decidieron cerrar el paso fronterizo. A consecuencia de la detonación falleció también el chófer del vehículo, un ciudadano egipcio, y otras 33 personas de diversas nacionalidades resultaron heridas. Se trata del primer atentado contra viajeros que se produce en cinco años y supone un nuevo golpe al maltrecho sector turístico, que había sido una de las principales fuentes de divisas. La zona del mar Rojo, una de las más turísticas por sus playas y arrecifes, estaba considerada una de las más seguras.
A media tarde, el grupo yihadista Ansar Beit al Maqdis -seguidores de la Casa de Jerusalén- reivindicó el ataque. «Como prometimos, gracias a Dios y a nuestros muyahidines, hicimos explotar el autobús en Taba y vamos a seguir orientando nuestros ataques a su economía, su turismo y el gas», escribió el grupo en su cuenta oficial de la red social Twitter. Conocido el suceso, los Hermanos Musulmanes de Egipto condenaron el atentado. La cofradía expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y a los afectados a través de un comunicado en el que se denuncia «la negligencia de los militares».
Los Hermanos Musulmanes señalaron que las autoridades apoyadas actualmente por el Ejército han vuelto a «fracasar» en su obligación de proteger y cuidar a los visitantes y a los egipcios. La explosión, que se produjo a solo 250 metros de Israel, país que envió numerosos grupos de rescate hasta el lugar, evidencia que Egipto sigue convertido en un verdadero polvorín. Desde que el pasado 3 de julio el Ejército depusiera al islamista Mohamed Mursi, el primer presidente del país electo en las urnas, la realidad del país está salpicada por la inestabilidad y los constantes brotes de violencia. En los últimos meses han fallecido centenares de personas en enfrentamientos, en gran parte por los disparos de la policía. Las autoridades calculan que unos 200 agentes habrían perecido como consecuencia de ataques terroristas.