El alcalde de Londres se ofrece como blanco de un cañón de agua

AFP

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Boris Johnson
Boris Johnson SUZANNE PLUNKETT

Boris Johnson quiere demostrar que los tanques antidisturbios que quiere comprar para la capital británica no son un peligro

11 jun 2014 . Actualizado a las 20:42 h.

El alcalde de Londres, Boris Johnson, se ofreció este miércoles como blanco de uno de los cañones de agua de una de las tanquetas antidisturbios que quiere comprar para probar que no son un peligro. En una entrevista en la emisora de radio LBC, el locutor le preguntó si estaría dispuesto a dejarse grabar recibiendo el potente chorro de uno de esos vehículos policiales.

«No estoy seguro si quiero plantarme ante un cañón de agua. No he hecho nada para merecerlo», respondió inicialmente. Sin embargo, después cambió de opinión: «De acuerdo, me acabas de desafiar. Supongo que tendré que hacerlo». «Me imagino que mis asesores estarán tirándose de los pelos. No importa, hay que hacerlo», sentenció el regidor.

De este modo, Boris Johnson respondía a los críticos de su proyecto de dotar a la policía de la capital inglesa de tres tanquetas con cañones de agua. Los vehículos que quiere el alcalde son de segunda mano -actualmente pertenecen a la policía alemana- y cuestan 130.000 libras (161.000 euros). La polémica tiene un lado político, porque este proyecto se interpreta como un desafío a la ministra de Interior, Theresa May, una rival potencial por el liderazgo de los conservadores, que todavía no ha permitido el uso de estos artefactos represores.

Boris Johnson, conservador, es un político inusual, conocido por su franqueza y por exponerse al ridículo más que la mayoría de sus colegas. En la memoria de los londinenses siempre estará la imagen del alcalde colgado de unos arneses ondeando una banderita británica el día que quiso probarse como teleférico humano durante los Juegos Olímpicos y se quedó atascado a medio camino.