El infierno de la «Mamá Rosa»

Andrea sosa CIUDAD DE MÉXICO / DPA

INTERNACIONAL

Familiares de niños internados en el centro de «mamá Rosa» esperan noticias de ellos.
Familiares de niños internados en el centro de «mamá Rosa» esperan noticias de ellos. Héctor guerrero < / span>Afp< / span>

México rescata a 458 menores que vivían en régimen de esclavitud y sufrían abusos en un refugio de Michoacán

17 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La llaman «Mamá Rosa» y para algunos es un modelo de virtud, una mujer que a lo largo de su vida salvó a miles de niños del abandono en México. No fue eso lo que vio la policía cuando entró ayer a su casa hogar. Según las autoridades 596 personas, entre ellas 458 menores de edad, vivían como esclavos y sometidos a abusos.

Rosa del Carmen Verduzco, la fundadora de la La Gran Familia de Zamora, fue arrestada con ocho colaboradores. Está acusada de negar a los padres visitas a sus hijos, de explotarlos laboralmente, abusos sexuales y condiciones inhumanas en su albergue. El registro policial, realizado a partir de la denuncia inicial de cinco padres a la que se han sumado varias decenas más, se encontró que había cerca de 500 niños en condiciones lamentables, informó el fiscal general, Jesús Murillo Karam.

El albergue recibe desde hace décadas a niños abandonados por sus padres o entregados voluntariamente por ellos para su cuidado. Según la fiscalía, llevaba 40 años funcionando, aunque La Gran Familia dice en su página de Internet que ya en 1962 «Mamá Rosa» se mudó con un grupo de niños a un terreno de 8.000 metros cuadrados para atenderlos.

Patrullas de la policía y algunos padres montaban guardia frente a las instalaciones. Rosalba Contreras, madre de una de las niñas que vivían en el albergue, dijo a Televisa que los padres tenían que firmar un contrato con un notario para ceder la custodia y que dentro de la casa se vivían «maltratos, abusos, amenazas, golpes y mala alimentación». Otros denunciaron que Verduzco les exigía dinero para poder recuperar a sus niños. Una mujer que vivió retenida en el albergue dijo que no la dejaban ver a sus dos hijas, nacidas dentro de la casa-hogar, más que cada dos meses por unas horas y bajo vigilancia.

Las denuncias no eran nuevas. En 2010 el diario El Universal publicó un reportaje donde se denunciaban las mismas conductas que llevaron ahora a la policía, apoyada por soldados, a registrar el albergue. Nadie hizo nada en cuatro años. La casa-hogar «es en realidad un centro de detención para menores. Una vez ingresados no pueden abandonar las instalaciones sino al cumplir la mayoría de edad, aunque sean los propios padres quienes demanden su salida», informaba entonces el diario.

El director jefe de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, dio a conocer que, en el caso de los bebés nacidos en el albergue, «Mamá Rosa» los registraba a su nombre «sin permitir que los padres biológicos pudieran llevar ninguna tutela o decisión sobre ellos».

Cuando llegó la policía, en la casa había seis bebés y niños de hasta tres años, 278 varones y 174 mujeres de tres a 17 años y 138 adultos de 18 a 40 años. La fiscalía informó de que se encontraron ratas, chinches y pulgas, así como alimentos en mal estado.

«Mamá Rosa» era una figura conocida en Zamora. Los diarios mexicanos publicaron ayer fotos en las que aparece con autoridades, entre ellas los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón. Pero no todos creen la versión oficial. El prestigioso historiador Enrique Krauze afirmó en Twitter que la detención es un «inadmisible acoso del Gobierno a Rosa Verduzco», a quien describió como la «madre de miles de huérfanos». «Pocos han hecho una obra similar por los niños abandonados», añadió. Según la biografía publicada por La Gran Familia en su web, «Mamá Rosa» se hizo cargo del primer niño en 1948, cuando tenía 13 años.

«No sé en qué momento esto se convirtió en un muladar», dijo al diario Excélsior la presidenta de la organización civil «Quién habla por mí», María Ampudia, que estuvo presente durante el registro de la policía. Prefirió no sacar todavía conclusiones, pero confirmó que había «muchas denuncias porque no se les permitía a los padres ver a sus hijos». Según declaró, hay niños «que reportan que eran arrojados al suelo y se les daban patadas en la cabeza».