James Foley: Pasión por informar desde la primera línea

Dalia McGrath / R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

21 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

James Foley sentía pasión por su trabajo pese a llevar relativamente poco dedicándose a ello. Tras ser profesor de instituto durante una década, estudió un máster de Periodismo en la Universidad Northwestern de Illinois. Quería contar las guerras desde la primera línea y partiendo de las historias humanas.

Comenzó a trabajar en el 2008 en Irak, donde fue reportero de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID). La curiosidad por conocer la realidad de conflictos como el de Irak, donde su hermano servía como soldado, lo llevó a empotrarse en el Ejército, y a repetir dos años después en Afganistán. Cuando estalló la revolución en Libia, no lo dudó ni un segundo. Allí fue secuestrado por fuerzas de Gadafi durante seis semanas junto a otros tres periodistas, entre ellos el español Manu Brabo. Eso no le impidió regresar al país para cubrir la caída final del dictador.

En el 2012 se fue a Siria. Sus compañeros de la agencia AFP lo recuerdan por su humanidad: «Para él no había víctimas anónimas, había convertido en un principio la búsqueda de sus nombres y de información sobre sus vidas». «Dio su vida por mostrar al mundo el sufrimiento del pueblo sirio», dijo orgullosa su madre, Diane Foley.