México, en estado de shock tras confirmarse la masacre de los 43 estudiantes de Iguala

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INTERNACIONAL

JOHN VIZCAINO | Reuters

Los padres se niegan a creer el crimen hasta que vean las pruebas

08 nov 2014 . Actualizado a las 20:46 h.

México amaneció este sábado horrorizado por la posible masacre de los 43 estudiantes desaparecidos emn Iguala confesada por narcotraficantes detenidos, una atroz revelación que los padres se niegan a creer hasta que haya pruebas. Tras casi un mes y medio sin noticias claras sobre los jóvenes, la Fiscalía General difundió el viernes la escalofriante declaración de tres sicarios del cártel Guerreros Unidos que declararon haber matado a los estudiantes y quemado sus cuerpos en un fuego de 14 horas para luego arrojar sus restos calcinados a un río.

Hasta ahora, la Fiscalía solo había logrado reconstruir parte del crimen que arrancó la violenta noche del 26 de septiembre en Iguala (en el estado de Guerrero, al sur de México), cuando policías locales atacaron a alumnos de la combativa escuela de magisterio de la cercana comunidad de Ayotzinapa por orden del alcalde, que quería evitar que sabotearan un acto público de su esposa, hermana de narcotraficantes. En esos ataques fallecieron seis personas y desaparecieron los 43 alumnos, la mayoría de entre 18 y 21 años, que fueron entregados por policías a sicarios de Guerreros Unidos.

El crimen, calificado por Human Rights Watch como uno de los más graves de la historia reciente de América Latina, ha supuesto la peor crisis desde que el presidente Enrique Peña Nieto asumió el poder en el 2012, con masivas protestas por todo el país. Para el historiador Lorenzo Meyer, ahora «lo importante es cómo va a reaccionar la sociedad mexicana. ¿Va a seguir tan apática como por años lo fue? ¿Tan acostumbrada a que así son las cosas?». «El estado de shock espero que no sea solo mío, sino que sea compartido por mis conciudadanos. Si esto no produce un shock entre nosotros, ya nada lo puede producir», dijo Meyer.

Incluso el diario deportivo Récord se hizo eco del macabro anuncio. «#Indignación», tituló el sábado el rotativo en una portada negra en la que clama que «México ya no aguanta». Tras el anuncio de Murillo Karam, unas 300 personas se concentraron con velas en el emblemático monumento capitalino del Ángel de la Independencia. «Siento impotencia, coraje, incredulidad a lo que dice el gobierno que pasó, hartazgo», dijo Judit Ureña, triste por el país que cree que heredará su niña de siete años.

Más de 80.000 personas han sido asesinadas en México y otras 22.000 han desaparecido desde que el expresidente Felipe Calderón lanzó el combate militar contra los cárteles en el 2006. La gran mayoría de esos crímenes están impunes.

Frío relato

Los estudiantes se habían desplazado a esa localidad situada a solo 200 km de Ciudad de México para recaudar fondos para su escuela. Para regresar a sus casas se habían apoderado de dos autobuses en Iguala, cuyas autoridades son acusadas de servir a los Guerreros Unidos en sus sangrientas pugnas territoriales con otros cárteles.

Los detenidos señalan que «privaron de la vida a los sobrevivientes y después los arrojaron a la parte baja del basurero y quemaron los cuerpos» con gasolina, llantas, leña y otros elementos en un infierno que duró 14 horas, dijo Murillo Karam, el fiscal general. En esa montañosa zona los peritos han encontrado cenizas y algunos restos óseos humanos pero los detenidos recibieron órdenes para que los otros restos calcinados fueran fracturados y colocados en bolsas de basura que vaciaron en un río cercano.

Murillo Karam dijo que una de las bolsas fue encontrada cerrada y que en su interior fueron hallados restos humanos que, por su estado de calcinación, podrían no llegar a ser nunca identificados, aunque el fiscal aseguró que se hará todo lo posible y se ha solicitado ayuda a expertos de una universidad de Austria. «Hay muchos indicios» que «nos podrían indicar que son» los estudiantes, lamentó.

Los padres exigen pruebas

Murillo Karam aseguró que hasta que no tengan pruebas científicas de la muerte de los estudiantes los seguirán considerando como desaparecidos, pero los familiares repudiaron su anuncio. «Mientras no haya pruebas, nuestros hijos están vivos», recalcó Felipe de la Cruz, vocero de los padres, en una tensa conferencia de prensa ofrecida en la escuela de Ayotzinapa.

Los indignados padres, exhaustos tras 42 días de angustiosa espera, exigen al gobierno que refuerce la búsqueda y avanzan que sólo creerán los peritajes que realice un grupo independiente de forenses argentinos a los que invitaron a participar en la investigación. Las autoridades «dicen lo que dicen, que es su verdad. Para nosotros es una mentira más», dijo De la Cruz, que acusó al gobierno de querer facilitar la partida el domingo de Peña Nieto a una gira prevista por China y Australia para participar en las cumbres de APEC y G-20.