EE.UU. y Cuba dialogan ya en un buen ambiente, pese a las diferencias

Milagros L. de Guereño LA HABANA / COLPISA

INTERNACIONAL

Cubanos, a la izquierda, y estadounidenses, a la derecha, en la primera reunión tras el deshielo.
Cubanos, a la izquierda, y estadounidenses, a la derecha, en la primera reunión tras el deshielo. Reuters< / span>

Las banderas de ambos países ondearon a la par en La Habana en una primera reunión sobre temas de inmigración

22 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Por primera vez en décadas, las banderas de Cuba y Estados Unidos ondeaban ayer a la par en el Palacio de Convenciones de La Habana, enmarcando una reunión sobre temas migratorios que adquirió relevancia histórica tras la decisión de sus presidentes de restablecer relaciones diplomáticas después de 50 años.

Los altos funcionarios reconocieron los avances y el buen ambiente con el que cada parte expuso sus preocupaciones. Los anfitriones buscan que la Casa Blanca cambie la política de «pies secos, pies mojados» que otorga estatus legal a los cubanos que toquen tierra estadounidense, cuya Administración adelantó que no tiene intención de levantar la ley de ajuste cubano y busca librarse de los «excluibles», delincuentes de la isla.

Tanto el subsecretario adjunto para Latinoamérica del Departamento de Estado, Edward Alex Lee, como Josefina Vidal, directora general para EE.UU. del Ministerio de Exteriores cubano destacaron el «ambiente constructivo» del encuentro. La cita se circunscribió a asuntos migratorios. Cuba y EE.UU. coinciden en su interés en buscar una «emigración legal, más segura y ordenada» y admiten «avances». Las conversaciones de hoy se centrarán en la normalización de relaciones, con los funcionarios de más alto nivel desde el intento de Jimmy Carter en los años 80.

Lee, que encabezó la delegación para el tema migratorio, destacó que «la naturaleza productiva y colaborativa de la discusión prueba que, pese a las claras diferencias, EE.UU. y Cuba pueden encontrar oportunidades para avanzar en nuestros intereses compartidos». Destacó su «compromiso para potenciar la emigración legal», pero añadió que su Gobierno «está totalmente dispuesto a mantener la ley de ajuste cubano», que «seguirá guiando» la política hacia la isla.

Entradas irregulares

Por parte cubana, Vidal rechazó la permanencia de esa norma, que considera «el principal incentivo para la inmigración ilegal hacia EE.UU., el tráfico de emigrantes y las entradas irregulares desde terceros países de cubanos que viajan legalmente al exterior». No obstante, señaló que el poderoso vecino del norte ha cumplido al conceder «más de 20.000 visas» para reunificación familiar e incrementar los permisos para visitas temporales, además de destacar la colaboración contra el trafico humano.

Washington reclamó que Cuba acepte el «regreso de los excluibles», ciudadanos cubanos residentes en EE.UU. que han delinquido en aquel país. Algunos de ellos salieron de la isla durante el éxodo del Mariel en los 80. Según Lee, se están esforzando para que La Habana acepte «el retorno de estas personas, porque es una obligación de todos los países aceptar a sus ciudadanos».