Gerardo Pollicita, que conoce a Alberto Nisman desde hace 30 años, siempre lo catalogó como un «chico brillante» y coincide con su exmujer, la jueza Sandra Arroyo, en que es imposible que se haya suicidado. Coincidieron en el Juzgado de lo Penal número 7 de Morón en los 80 y Pollicita ascendió a Nisman dos veces siendo su superior inmediato. En ese juzgado estuvieron a las órdenes de Santiago Blanco Bermúdez, que ahora defiende a Jaime Stiusso, el exespía que proporcionó a Nisman las escuchas por las que iba a inculpar a la presidenta, informa Perfil.
Pollicita quedó a cargo de la Fiscalía Federal número 11 en el 2005. El acusador de Cristina Fernández no es la primera vez que apunta alto. Su última causa contra miembros del Gobierno fue la denuncia del exembajador en Venezuela, Eduardo Sadous, que acabó confesándole la existencia de una diplomacia paralela con el Gobierno de Chávez para sobornar a empresarios. El proceso se había iniciado en el 2008, año en que encontró indicios suficientes para investigar al ya entonces expresidente Néstor Kirchner por asociación ilícita. Y en su punto de mira estuvieron dos vicepresidentes. Carlos Ruckauf por desfalco. Y Amado Boudou por los DNI con direcciones falsas.
También investigó al socio en los negocios de la presidenta, Lázaro Báez, y a los ministros Julio de Vido y Florencio Randazzo, según Los Andes.
Pollicita, cuya seguridad y la de su fiscalía se ha reforzado, ha estudiado con detenimiento las escuchas que llevaron a Nisman a denunciar a la jefa de Estado, antes de decidirse a seguir adelante.
En el 2005, fue adjunto del fiscal Carlos Stornelli, que impulsa la marcha del silencio del próximo miércoles, en la que no participará. Y es que a Pollicita, casado y con tres hijos, no le gusta verse en las fotografías.