El presidente de China acuñó esos términos para definir a los distintos funcionarios corruptos. Más de 70.000 han sido investigados en el 2014
06 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Entre los excesos que la investigación de funcionarios corruptos ha ido sacando a la luz en los dos últimos años destacan excentricidades como coches de lujo llenos de lingotes de oro, cajones con millones de yuanes en metálico y joyas por doquier. Desde su llegada al poder en el 2012, Xi Jinping ha hecho de la lucha contra la corrupción su bandera. La prensa estatal, controlada por el todopoderoso Partido Comunista, se encarga de festejar como un triunfo y con todo tipo de detalles, cada caída de un «tigre», como se denomina a los funcionarios de alto rango.
Este término fue acuñado por el propio Xi en una reunión plenaria del Comité Central de Disciplina en enero del 2013. En ese encuentro hizo énfasis en que se debe luchar contra los «tigres», en referencia a los altos cargos del partido, y contra las «moscas», los funcionarios de esferas medianas e inferiores. En discursos posteriores, el presidente ha insistido en que la corrupción es «un cáncer» que amenaza la hegemonía del partido. No se equivoca, la corrupción es la principal causa de descontento social junto con la contaminación.
Aviso y ejemplo
Entre los sesenta «tigres» que han caído destacan el exministro de Seguridad, Zhou Yongkang, que fue detenido a finales del 2014, y el exmiembro de la cúpula del partido Bo Xilai, condenado a cadena perpetua en octubre del 2013 y cuyo juicio fue una advertencia de que también caen los altos cargos. Según el Diario del Pueblo, solo el año pasado la comisión disciplinaria abrió investigaciones contra 71.748 funcionarios, de los que 23.646 fueron castigados.
Muchos opositores aseguran que lo que realmente quiere Xi Jinping con esta campaña es reforzar su cota de poder. Según varios expertos, mediante la limpieza en el Ejército y en sectores claves como los servicios secretos y las empresas estatales, el presidente chino aprovecha para colocar a hombres de su confianza que le garanticen lealtad para el control del país.
«Creo que la campaña contra la corrupción es significativa, no importa si es selectiva o no. La gran incógnita es si realmente abordará las causas fundamentales, como el establecimiento de un sistema anticorrupción de estilo moderno en el que los poderes se limiten entre sí. Un sistema en el que la administración y el gasto público sean más transparentes y las propiedades de los funcionarios se hagan públicas» explica el profesor y analista político del Instituto de Tecnología de Pekín, Hu Xingdou.
También hay quien considera que la campaña anticorrupción está retrasando el programa de reformas. Muchas empresas denuncian que se retrasan las decisiones para aumentar la inversión. Y es que al parecer la campaña constituye una fuente de inseguridad para los funcionarios, que prefieren ahora no aprobar un proyecto para no caer en el punto de mira de los investigadores.
El menor crecimiento en 25 años
En su discurso ante la Asamblea Popular, el primer ministro, Li Keqiang, aseguró que el objetivo de crecimiento económico de China rondará el 7 % en el 2015, el menor de los últimos 25 años. Li dibujó un horizonte repleto de riesgos: «El modelo económico de China sigue siendo ineficiente». Una de las reformas prioritarias, según el dirigente, es la del sector financiero, con la creación de un sistema de garantía de los depósitos bancarios y más bancos privados. Se marcó el objetivo de crear diez millones de puestos de trabajo en las zonas urbanas para mantener la tasa de paro por debajo del 4,5 %. Como consecuencia de la ralentización económica, la previsión de inflación es de un 3 %, medio punto menos que en el 2014.