«La situación es insostenible»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

ANGELOS TZORTZINIS | aFP

En Grecia, la llegada de inmigrantes se triplicó con respecto al año anterior

20 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Una manta de supervivencia cubre a mujeres y niños acurrucados en el puerto de la isla griega de Lesbos. Los servicios de rescate no tienen mucho más que ofrecer a los inmigrantes, cuyo flujo hacia Grecia va en aumento.

«La situación es insostenible», asegura Zoi Livaditou, de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), según recoge AFP. Y lo dice con conocimiento de causa pues cada mañana acoge a grupos de migrantes tras su corta pero peligrosa travesía nocturna desde las costas turcas.

«Tenemos alrededor de 200 llegadas diarias de media», explica en esta gran isla del este del mar Egeo, cuya capital, Mitilene, tiene 36.000 habitantes.

El número de llegadas a las costas griegas se triplicó en el primer trimestre del 2015, hasta 10.445, respecto al mismo período del año anterior, según los guardacostas helenos. Un flujo que acelera la tendencia detectada en el 2014 con 43.518 travesías por mar frente a 11.447 en el 2013.

Al puerto de Mitilene son trasladados los inmigrantes rescatados en el mar o que lograron llegar a la isla, desde la que Turquía es visible a simple vista.

El centro de detención y registro, abierto recientemente, está saturado, pero dejar continuar a los inmigrantes su ruta hacia Atenas es solo el último recurso.

«Nos fuimos a pie de Irán, puesto que allí los afganos como nosotros no tenemos pasaporte. Caminamos 20 horas casi sin agua ni comida hacia Turquía, algunos sufrieron heridas», explica un inmigrante recién llegado. De 25 años, este afgano nacido en Irán, que dejó atrás a su madre y dos hermanos pequeños, pide que «le den una oportunidad para renacer».

«El barco estaba a rebosar»

«Fue muy peligroso, el barco hinchable estaba a rebosar, era de noche, había niños pequeños», explica Ismail Kadilá, de 37 años, un abogado kurdo que dejó la ciudad siria de Alepo, destruida por la guerra.

Kadilá acaba de desembarcar en el puerto ateniense de Pireo, tras haber pasado «dos días en un campo de Lesbos». «Después nos dejaron marchar y compramos un billete para Atenas», explica. Su esposa y sus tres hijos se quedaron en Turquía. Junto a otras personas, espera «alquilar un apartamento gracias a un conocido sirio en Atenas» y quien, como centenares de inmigrantes en la capital, se dedica a arrendar habitaciones a los sin papeles.

Grecia apenas tiene estructuras de acogida de urgencia ni para alojar a los demandantes de asilo. Según el Secretariado de Estado de Inmigración creado por el nuevo Gobierno de izquierda radical, el país cuenta solo con 200 plazas de acogida de urgencia, 1.000 para largo plazo, y 300 para menores. El nuevo Gobierno acusa a sus predecesores de haberse concentrado únicamente en abrir centros de detención (unas 4.500 plazas) donde los inmigrantes pueden permanecer encerrados hasta 18 meses.