La política desbanca al fútbol

Begoña Íñiguez Lisboa

INTERNACIONAL

PATRICIA DE MELO MOREIRA | AFP

Por primera vez en un domingo electoral, todos los programas deportivos de las televisiones portuguesas fueron relegados en la parrilla

05 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La intensa noche electoral que acaba de vivir Portugal y que ha terminado con una victoria rotunda y clara, contradiciendo todas las encuestas, de la coalición de centro-derecha Portugal à Frente (Portugal hacia delante) del primer ministro Pedro Passos Coelho sobre el Partido Socialista, de Antonio Costa, ha sido mucho más emocionante que las anteriores elecciones legislativas, por varias razones.

La primera, y más sorprendente, es que en un país cuya principal pasión es el fútbol y que en domingo de elecciones continuó con su jornada habitual de liga -salvo el partido Benfica-Unión de Madeira, que se suspendió por el temporal-, todos los espacios deportivos de los domingos por la noche fueron relegados de la parrilla, por primera vez, por programas especiales de las legislativas. El motivo es que había que adaptar la programación al enorme interés suscitado en la sociedad lusa ante unas elecciones tan importantes para el país y por los resultados tan parejos que preveían los sondeos.

Desde las seis de la tarde hasta bien entrada la noche, las tres principales televisiones, la RTP (el canal público), la SIC y la TVI emitieron programas especiales con los mejores analistas. Y después, en los canales de pago, hasta bien entrada la madrugada, comentando detalle a detalle los sondeos y los primeros escrutinios, hasta llegar a las declaraciones del ganador de la noche, Pedro Passos Coelho; del gran perdedor, el socialista Antonio Costa, y de la portavoz del Bloco de Esquerda, Catarina Martins, la gran sorpresa que se ha convertido en la tercera fuerza política, por delante de los comunistas de la CDU, y que jugará un papel fundamental en la nueva legislatura.

Otra de las razones que ha convertido las legislativas lusas del 2015 en algo especial y diferente es que por primera vez se celebran la víspera de la festividad del 5 de octubre, día de la implantación de la República. Desde la pasada noche todas las miradas partidarias se dirigen al presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, que tiene en sus manos las llaves de la gobernación en Portugal, aunque no participará en las conmemoraciones del día.

Las celebraciones partidarias

La enorme movilización ciudadana que los partidos han conseguido durante la campaña tuvo ayer por la noche su exponente máximo de euforia, y de decepción, en los hoteles y sedes de campaña donde las formaciones pasaron su noche electoral. El hotel Sana de Lisboa, sede de la coalición ganadora, estuvo lleno a rebosar hasta la madrugada. Desde primera hora las caras de los asistentes rebosaban alegría, que se desbordó al conocerse los primeros resultados. Lo que no ocurrió en el hotel Altis, donde el PS monta desde hace años su cuartel general. La sala habilitada para sus simpatizantes no se llegó a llenar en ningún momento. La cara de tristeza del secretario general socialista, Antonio Costa, reflejaba toda su preocupación y el desenlace que se avecinaba. En la sede del Partido Comunista en la avenida da Liberdade de Lisboa, y en la del Bloco de Esquerda, curiosamente situada al otro lado de la misma avenida, la alegría era palpable desde primera hora de la noche. Las imperiais (cañas) y las bifanas (bocadillos de carne) sustentaron la alegría de los numerosos simpatizantes del Bloco, que se desbordó con el discurso de su portavoz, Catarina Martins.

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