Los xenófobos y grupos rivales compiten por la calle en Dresde

patricia baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

MICHAEL KAPPELER | EFE

La crisis migratoria divide a la sociedad alemana, que se debate entre las muestras de solidaridad y el odio hacia los refugiados

20 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Bajo el lema «Corazón en vez de difamación», varias decenas de miles de personas marcharon ayer hacia el casco antiguo de Dresde con el objetivo de demostrar a Alemania y al mundo que rechazan el racismo y a los islamófobos de Pegida. Pero el movimiento «Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente» también convocó a otros tantos de los suyos. Además, Pegida (por sus siglas en alemán) celebraba ayer el primer aniversario desde su fundación, con lo que la manifestación aspiraba a convertirse en su mayor demostración de poder hasta la fecha. El resultado: la ciudad de Dresde, en el este del país, se convertía en un símbolo de cómo la crisis migratoria ha dividido a la sociedad alemana, que se debate entre las muestras de solidaridad y el odio hacia los refugiados.

Los xenófobos volvieron a desatar la polémica. Después de que en su tradicional marcha de hace una semana un desconocido exhibiera una horca de madera reservada para el vicecanciller y la canciller alemana, a quienes culpan de la actual política de acogida, ayer un hombre llevó un fotomontaje en el que Angela Merkel aparecía retratada con el uniforme nazi. El incesante flujo de refugiados ha dado alas a los movimientos de ultraderecha. De hecho, Pegida vivió su máximo apogeo tras los atentados de enero contra el semanario satírico Charlie Hebdo y perdió fuelle en primavera. Con la oleada de inmigrantes, el movimiento está ahora más que fuerte que nunca.

«Queremos una Alemania plural», afirmó la presidenta de los Verdes, Simone Peter, que, junto con otros representantes de la política, se unió a la contramanifestación. Pero la bipolaridad de la sociedad alemana también se siente en la esfera política. Según Bild, varios miembros de la CDU, el partido de la canciller, han firmado a espaldas de su líder una solicitud para construir una valla en la frontera con Austria, siguiendo el ejemplo de Hungría. Una valla «podría ser el último recurso», explicó el vicepresidente de la fracción en el Bundestag, Michael Kretschmer.