El asaltante de la comisaría de París vivía en un centro de refugiados alemán

patricia baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

THOMAS SAMSON | Afp

El presunto terrorista llegó en el 2013 al país, y usó hasta siete identidades distintas

11 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las sospechas de la fiscalía francesa eran ciertas. La pista sobre el hombre que fue abatido a tiros el pasado jueves, cuando intentaba atacar una comisaría de policía, coincidiendo con el primer aniversario de los atentados terroristas contra la revista satírica Charlie Hebdo, les llevó a la vecina Alemania, donde el presunto islamista había residido bajo el estatus de refugiado. Así lo confirmaron este domingo las autoridades alemanas, después de que la policía registrara la vivienda del atacante la noche anterior.

Es más, el presunto islamista -que según el diario Welt am Sonntag había solicitado asilo bajo el nombre de Walid Salihi- vivió hasta diciembre en un centro de acogida de Recklinghausen, ciudad situada en el oeste de Alemania. Según explicó en rueda de prensa Uwe Jacob, el jefe de la Oficina de Investigación Criminal del estado federado de Renania del Norte-Westfalia (LKA), el sospechoso llegó al país por primera vez en 2013, procedente de Francia, y utilizó hasta siete identidades diferentes, de distintas nacionalidades, para escapar de la justicia.

«No sabemos con certeza quién es», reconoció Jacob. Lo único que parece claro es que el historial penal del hombre era amplio, ya que había sido investigado en numerosas ocasiones por delitos que iban desde la posesión de armas hasta el tráfico de drogas, pasando por las lesiones corporales y el acoso. El pasado agosto, el agresor llegó a ser detenido y condenado a un mes de libertad condicional. Fue poco después de su llegada a Recklinghausen, donde le concedieron el permiso de residencia como solicitante de asilo. Su último episodio con las autoridades, por posesión ilegal de armas, data del 30 de noviembre.

Ahora la policía de Renania del Norte ha creado una comisión de investigación, que mantiene contacto permanente con los servicios de seguridad galos, que dieron la voz de alarma al encontrar en la ropa del agresor un escrito reivindicativo de Estado Islámico y una tarjeta SIM que correspondía a un teléfono móvil alemán.

No obstante, por el momento no hay ninguna prueba que demuestre su relación con la masacre perpetrada por la milicia terrorista el pasado noviembre en París, en la que perdieron la vida 130 personas. Al contrario, los investigadores insisten en que se trata de un radical independiente, que había actuado en solitario. Pese a haberse incautado de varios documentos informáticos y tarjetas de teléfono, aseguran que no hay indicios que apunten a nuevos ataques.

Pero lo que sí ha encontrado la policía, tras registrar a fondo el albergue, son varios dibujos de la bandera del grupo yihadista, realizados supuestamente por el agresor en septiembre de 2015. El semanario Der Spiegel revela que una vez incluso se fotografió junto a la bandera de Estado Islámico, a quien habría jurado lealtad, según la fiscalía francesa.

Las denuncias por agresiones en Colonia ya pasan de 500 y se dispara la venta de artículos de defensa

«Que una horda semejante se reúna para cometer delitos parece algo planeado de algún modo. Nadie puede contarme que no estuvo coordinado o preparado». Así se refería el ministro alemán de Justicia, Heiko Maas, a la ola de robos y agresiones sexuales contra mujeres de la pasada Nochevieja, en una entrevista publicada ayer por el diario Bild.

El político socialdemócrata no descarta que haya relación entre los sucesos registrados en Colonia y los de otras 12 ciudades alemanas, y afirma que si se confirmase la elección de «una fecha concreta, el caso cobraría una dimensión muy distinta». Entretanto, la venta de artículos de defensa personal, sobre todo aerosoles de pimienta, se ha duplicado en cuestión de días. El pánico crece de forma proporcional a la cifra de denuncias por agresión presentadas en la última noche del año. Si el viernes la policía de Colonia hablaba de 170, y el sábado de 379, ayer las víctimas ya alcanzaban las 516.

Paralelamente, las autoridades detuvieron este domingo a un marroquí de 19 años. El joven, que desde enero de 2013 ha sido acusado de varios delitos e incluso ingresado en prisión, es sospechoso de robar el móvil a una mujer de 23 años aquella noche.

Según anunció hace un par de días el ministerio del Interior, los agentes han identificado a 32 de los atacantes, de los cuales 22 serían refugiados. Ello ha dado alas a movimientos xenófobos, como Pegida, y a partidos de ultraderecha, como Alternativa para Alemania. De hecho, este fin de semana volvieron a producirse varios ataques contra centros de acogida. Uno de ellos, en Aschenberg, fue objeto de un incendio provocado, que no dejó heridos.

Los episodios de Nochevieja también han provocado un giro radical en la actual política migratoria del gobierno alemán, que apuesta ahora por retirar el derecho de asilo a los refugiados condenados tanto a penas de prisión como a libertad condicional, además de reducir los límites para la deportación de delincuentes extranjeros. La oposición no ha tardado en manifestar su rechazo. «Estas reacciones precipitadas son hipócritas y contribuyen a agitar los prejuicios y el odio de derecha contra los demandantes de asilo», criticó la jefa de Los Verdes, Simone Peter, en declaraciones al dominical Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung.

Un minuto de silencio por las víctimas

El presidente de Francia, François Hollande, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, descubrieron ayer en París una placa en memoria de las víctimas de los ataques terroristas de los últimos meses. Las canciones sustituyeron a los discursos, aunque el primer ministro, Manuel Valls, envió un mensaje a través de France 2: «Estamos bien, somos un pueblo libre y estamos con vida», dijo. foto thomas samson afp