Oleada de protestas contra los inmigrantes y el Islam en Europa

patricia baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

PHILIPPE HUGUEN | AFP

El grupo xenófobo alemán Pegida convocó marchas que terminaron con disturbios en Praga, Ámsterdam y Calais

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Buena parte de Europa se preparó ayer para una exhibición de fuerza de la ultraderecha. El movimiento xenófobo alemán Pegida había decidido dar el salto a la escena internacional al convocar marchas y concentraciones en una docena de ciudades europeas. Desde Ámsterdam hasta Varsovia, pasando por Praga, Dublín y Birmingham... Pero, pese a que miles de personas alzaron su voz a favor de crear una «fortaleza» contra el «avance del Islam» en el continente, la convocatoria de los islamófobos resultó un fiasco, más allá de que en todas partes les esperaban miles de contramanifestantes dispuestos a pararles los pies.

En su bastión de Dresde, que vió nacer a Pegida en otoño del 2014, se congregaron entre 6.000 y 8.000 personas, una cifra muy inferior a las 15.000 que esperaban los organizadores. La segunda manifestación más importante, que tuvo lugar en Praga, tampoco cumplió las expectativas al reunir apenas a unas 5.000 personas. Durante la jornada se registraron enfrentamientos entre grupos de ultraderecha y de ultraizquierda, cuando los islamófobos lanzaron piedras y botellas contra sus rivales. Sin embargo, la policía checa logró contener los disturbios, que se saldaron sin heridos ni detenidos.

No así en la ciudad francesa de Calais, sede del conocido campamento de inmigrantes bautizado como La Jungla. Allí unas 150 personas se concentraron junto a la estación de tren enarbolando banderas con el mensaje de «Fuera inmigrantes» pese a que la convocatoria había sido prohibida. Después de varios intentos de dispersar a los manifestantes, los gendarmes les lanzaron gases lacrimógenos. La jornada terminó con una veintena de detenciones, entre las que destaca la del presidente de Pegida en Francia, Loïc Perdriel.

En Ámsterdam, donde se dieron cita varios centenares de personas, los antidisturbios se llevaron a comisaría a una docena de manifestantes pro y antiPegida tras producirse enfrentamientos entre ambos bandos. Dublín también fue escenario de disturbios. Un ambiente más tranquilo se vivió en las marchas de Tallin, Bratislava, Graz, Birgmingham o Varsovia. La capital polaca contó con la presencia de Tatjana Festerling, una de las cabecillas de Pegida, quien instó a los asistentes a recordar cómo protegieron Viena de los turcos en el siglo XVII.

Paralelamente en Dresde echaban en falta al fundador del movimiento, Lutz Bachmann, quien no pudo asistir por razones de salud. Allí las autoridades, preparadas para lo peor, sacaron a 1.000 agentes a patrullar junto a vehículos equipados con cañones de agua. Pero no hizo falta. Los patíbulos destinados a la canciller alemana que llevaron en reuniones anteriores se quedaron en casa. A cambio no faltaron los gritos: «!Merkel debe irse!».

Un sentimiento de rechazo que se adueña cada vez más de la población alemana, aterrorizada por el flujo incesante de refugiados. Según una encuesta elaborada por el instituto YouGov y publicada ayer por DPA, el 29% de los alemanes, es decir uno de cada cuatro, apoyan el uso de armas de fuego contra los refugiados que intenten cruzar la frontera de manera ilegal.