Argentina se revuelve contra Macri y el FMI en una huelga general

Marcela Valente BUENOS AIRES / COLPISA

INTERNACIONAL

Los sindicatos se felicitan por la masiva adhesión al paro que dejó la capital semidesierta
Los sindicatos se felicitan por la masiva adhesión al paro que dejó la capital semidesierta David Fernández

El tercer paro nacional del Gobierno conservador paraliza la capital del país

26 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Convocado por todo el arco sindical y con la participación activa de agrupaciones de izquierda, se realizó ayer en Argentina la tercera y más contundente huelga general de 24 horas contra el ajuste pactado por el Gobierno de Mauricio Macri y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y también contra el brutal incremento de tarifas y el retraso salarial.

El paro fue en todo el país pero se sintió con fuerza en Buenos Aires debido a la adhesión total de gremios del transporte, docentes y bancarios. Las estaciones de autobuses, trenes y aeropuertos estuvieron desiertas. Las escuelas y universidades se sumaron y en los hospitales públicos solo hubo guardias mínimas. La medida fue convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos ramas de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) más otras corrientes sindicales independientes. La CGT, que ya había hecho dos paros generales en el 2017, había advertido de que iría a una tercera huelga si el presidente vetaba la ley que frenaba los aumentos de tarifas. Y Macri lo hizo. Ayer, el triunvirato de la CGT informó de que el paro tuvo «alto acatamiento» y «una contundencia fenomenal». La adhesión de los maestros -a los que se les ofrece un aumento de anual frente a una inflación esperada del 30 %- fue casi total. Los bancarios se sumaron con cierre de locales. Hubo que reprogramar casi 600 vuelos. Los camioneros y operarios de la industria también se movilizaron. En apoyo a la protesta, talleres, comercios y pequeñas fábricas amanecieron con las persianas bajadas. Los fabricantes protestan por el aumento de tarifas (superior a 1.200 % en electricidad y gas, más casi 1.000 % en agua), la apertura a las importaciones y el coste del crédito con tasas de interés de 47 %. «Desde diciembre de 2015 -cuando Macri asumió el poder- hasta hoy hubo una inflación de 95 %», cuestionó uno de los miembros de la CGT, Rodolfo Daer. El sindicalista sostuvo que en este mismo período fueron favorecidos «los sectores que más ganan».

«Abierto al diálogo»

El camionero Hugo Moyano señaló que «no se puede esperar mucho de este Gobierno». El veterano sindicalista, crítico de la gestión de Cristina Kirchner por su negativa a bajar el impuesto a los salarios más altos, recordó que «cuando ella gobernaba comía todo el mundo, la gente no pasaba las necesidades de ahora». En respuesta, Macri aseguró que el paro «no contribuye a nada» y se declaró «abierto al diálogo». Luego, al mediodía, dio a conocer un breve vídeo entrando a la casa de Gobierno en el que dice sonriente: «Acá se trabaja». Las protestas sectoriales se incrementaron tras la crisis cambiaria de mayo que provocó una devaluación con fuerte impacto en los precios internos. En ese contexto, Macri firmó un acuerdo con el FMI que condiciona la ayuda crediticia a la aplicación de un severo ajuste.