Durante 20 años, la oposición venezolana ha tenido que soportar que a cada concentración, a cada manifestación o a cada acto importante, el chavismo le colocara un evento paralelo, muchas veces en el mismo sitio, solo para obligarla a cambiar de ubicación o, simplemente, intimidarla.
Esa experiencia se ha trasladado al ámbito internacional, donde no solo el régimen de Maduro ha creado el concierto Hands Off Venezuela, para contraponerlo al Venezuela Live Aid organizado por Richard Branson; sino que el recital del chavismo, planificado originalmente en el puente Simón Bolívar, a 10 kilómetros, fue trasladado a menos de 300 metros del espectáculo del magnate inglés.
Entre ambos espectáculos estarán las alambradas de púas y contenedores que ha colocado el régimen de Maduro en este puente. Si el cartel del Venezuela Live Aid incluye tantos artistas de renombre internacional que algunos grandes artistas venezolanos han tenido que dejar sitio, sobre los «150 artistas» anunciados para participar el Hands Off Venezuela no se sabe nada, según el actor Roberto Messuti, uno de los organizadores.
En el concierto para exigir la entrada de ayuda estarán, entre otros, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Juan Luis Guerra, Paulina Rubio, Maluma, Luis Fonsi, Carlos Vives, Juanes y Peter Gabriel. En del chavismo, que durará tres días, es difícil encontrar un cartel de artistas. Incluso varios de los músicos venezolanos más cercanos al chavismo, como Servando y Florentino, un dúo de hermanos famosos en toda Latinoamérica, o Serenata Guayanesa, uno de los conjuntos de música tradicional más respetados del país, han rechazado asistir. Y aunque el régimen ha encontrado una ayuda inesperada en Roger Waters, uno de los líderes de Pink Floyd, no se ha confirmado su presencia en el escenario del Hands Off Venezuela, que sería la principal baza de propaganda de Maduro en el exterior.