El abecedario de la protesta latinoamericana

Juan Carlos Gómez BOGOTÁ / EFE

INTERNACIONAL

Disturbios callejeros en Santiago de Chile
Disturbios callejeros en Santiago de Chile PABLO SANHUEZA

Una ola de manifestaciones y disturbios callejeros sacude América Latina

30 nov 2019 . Actualizado a las 10:19 h.

La ola de protestas que están sacudiendo a América Latina en los últimos meses está llena de peculiaridades, intereses complejos y acentos diferenciados. Para comprender lo que está pasando nada como un abecedario que explique de la A a la Z lo que sucede en la región.

A de América.- América con su acento latino ha ocupado por sus protestas los informativos de todo el mundo. Lo que llaman «primavera latinoamericana», es también la reivindicación de un lugar en el mundo.

B de caja b.- La caja donde se guarda el dinero de la corrupción. Parte del incendio de los últimos meses tiene su origen en el hartazgo de unas sociedades ante esta lacra.

C de Chile.- El oasis latinoamericano lleva ya dos meses de protestas, cuyo detonante fue la subida del precio del transporte público en Santiago. La represión por parte del Gobierno aceleró el malestar. El acuerdo político para una nueva Constitución que destierre el legado de Pinochet no ha detenido la violencia.

D de desigualdad.- Se ha convertido en la palabra clave de toda esta crisis. Países como Chile, Ecuador, Honduras, Haití, Colombia y Argentina se han cansado de un modelo económico donde prima el desequilibrio social frente a otros valores.

E de Ejército.- Los Gobiernos de la región han llamado de nuevo a los militares para poner orden en casa. En Bolivia fueron determinantes para forzar la salida de Evo Morales tras la denuncia de fraude electoral. Las botas vuelven a estar de moda.

F de foro de Sao Paulo.- Este foro de partidos y grupos de izquierda latinoamericanos se ha convertido en el responsable de las protestas, según políticos y analistas de derecha. Nadie ha encontrado pruebas de que esas acusaciones sean reales.

G de golpe de Estado.- La renuncia de Evo Morales ha sido calificada como un “golpe de Estado” por varios políticos latinoamericanos. Otros países han reconocido al Ejecutivo interino, mientras que la comunidad internacional ha instado al diálogo. La palabreja, que estaba desterrada, ha vuelto a las conversaciones.

H de Haití- Desde septiembre se repiten las movilizaciones contra el presidente Jovenel Moise, un líder acorralado y aferrado al poder mientras el país caribeño vive entre la parálisis, la pobreza y la violencia.

I de indígenas.- Los indígenas han sido claves en las protestas. En Ecuador fueron determinantes para parar el «paquetazo» del presidente, Lenín Moreno; la reivindicación mapuche ha sido ejemplo en Chile y la wiphala en Bolivia parece una trinchera ante el cambio.

J de jóvenes.- Otro grupo que está capitalizando las revueltas. El superávit demográfico no se está usando en favor de un desarrollo estable. Los jóvenes, que han crecido con la bonanza de la exportación de las materias primas, ven cómo el futuro pinta en negro y salen a la calle en busca de un arcoíris tapado por el humo de los gases lacrimógenos.

K de Kirchner.- Cristina Fernández, viuda de Néstor Kirchner, ganó las elecciones como pareja del peronista Alberto Fernández y ostentará la vicepresidencia del país a partir del 10 de diciembre. La salvaje devaluación del peso y el invierno del descontento austral han devuelto la brisa de la marea rosa a la Argentina.

L de Lima.- Otra capital agitada fue Lima. En septiembre estuvo casi a punto de estallar cuando el Congreso se enfrentó al presidente, Martín Vizcarra, y éste decretó la disolución del Parlamento. Los peruanos salieron a las calles contra la corrupción... y para el 26 de enero están convocadas unas elecciones extraordinarias.

M de Morales.- Evo Morales ha pasado de ser el responsable del milagro económico boliviano a estar asilado en Ciudad de México en cuestión de días. Después de su cuestionada victoria (con supuesto fraude) en las elecciones presidenciales del 20 de octubre, el «jefazo» -según el título de su biografía más popular- escapó del país con ayuda de la Fuerza Aérea mexicana. Pese a su ausencia en La Paz, el líder cocalero sigue proyectando su sombra en el país andino.

N de Nicaragua.- Desde el año pasado se suceden las protestas contra el presidente, Daniel Ortega. Propuestas derogadas, árboles caídos y ritos de Rosario Murillo, esposa del mandatario y número dos del régimen, no han tapado una respuesta civil permanente y acosada contra el Gobierno de Managua.

Ñ de Piñera.- El presidente chileno, Sebastián Piñera, perdió la posibilidad de pasar a la historia como el mandatario que luchó con éxito por salvar la vida de los 33 mineros atrapados en la mina San José en el 2010. La gestión de la crisis chilena de los últimos dos meses lo colocó en una posición incómoda y, según analistas, poco sostenible.

O de ojos.- Las protestas chilenas han costado un ojo de la cara. No nos referimos a la devaluada moneda local, hablamos de los manifestantes. Los balines disparados por las fuerzas de seguridad han dejado sin vista a más de 300 personas.

P de Puerto Rico.- Ahora parece lejos, pero en julio de este año, una protesta popular encabezada por los artistas Ricky Martin, Bad Bunny y Residente motivaron la caída del gobernador, Ricardo Rosselló, tras un escándalo político.

Q de Quito.- La capital de Ecuador fue en octubre el epicentro de la revuelta para frenar un paquete de medidas económicas pactadas con el FMI. El bello centro histórico se convirtió en un campo de batalla que hizo retroceder al Gobierno y abrió la puerta al contagio regional contra las reformas.

R de recesión.- Elemento unificador de las protestas en todo el continente.

S del sonido de las caceloras.- El 21 de noviembre volvieron a sonar las caceloras en Latinoamérica. El golpeo de este utensilio de cocina había sido muy común años atrás en el Cono Sur y en Venezuela. La novedad era el lugar: Colombia. Nunca antes el sonido del descontento había llegado al país de la cumbia.

T de Trump.- Su rechazo a la inmigración, su proteccionismo económico y su indiferencia ante América Latina han agitado el continente. Su política climática -o la ausencia de ella- ha devuelto a los estadounidenses a las calles. En el 2020 busca la reelección.

U de uribismo.- La polarización de Colombia tiene raíces lejanas. El triunfo del Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe en las elecciones presidenciales del 2018 después de una reñida campaña con el acuerdo de paz como telón de fondo dejó una marcada división en el país. Los últimos días de paros, disturbios y vandalismo son muestras de una herida social que supura y parece no cerrarse.

V de Venezuela- Animado por el entorno regional, el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, convocó una serie de marchas de repulsa contra el régimen en noviembre. La respuesta no fue todo lo contundente que se esperaba y parece que Caracas está en tablas hasta el próximo año.

W de WhatsApp.- La popular aplicación fue la estrella de la noche del toque de queda en Bogotá del viernes 22 de este mes. Los bogotanos no durmieron pendientes de los mensajes alarmistas que se recibían por WhatsApp de supuestos actos de vandalismo en domicilios particulares.

X de xenofobia.- Desde el 2016, más de 4,6 millones de venezolanos han abandonado su país, en gran parte hacia otros Estados de Latinoamérica, con el fin de buscar una vida mejor. Coincidiendo con las revueltas, se han empezado a detectar brotes de xenofobia en los países de acogida.

Y de «¿y el siguiente?».- Si algo ha demostrado la mal llamada primavera latinoamericana es que existe un cierto efecto contagio. Las redes sociales, la mezcla y la búsqueda de un futuro común son la chispa que puede encender la llama del descontento en cualquier lugar del continente latino.

Z de Zapatero.- El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero ha sido propuesto en varias ocasiones para negociar conflictos en Latinoamérica. La última llamada llegó por parte de Evo Morales. La respuesta esta vez ha sido no.